Ayer pudimos disfrutar en este espacio del artículo Apoyar a las familias mejora la comunicación y reduce la estancia en UCI tras una magnífica publicación en NEJM que muestra una intervención de apoyo familiar liderada por enfermeras. Pues…¡Que siga la fiesta!. A raíz del artículo, Daniela Lamas publica el editorial Nurse-Led Communication in the Intensive Care Unit.

Cada día y desde el pie de la cama, las enfermeras acogen y acompañan a millones de personas en todo el mundo. Heredan fallos en la comunicación (involuntarios, no vayan a creer) y tienen que lidiar con situaciones muy difíciles por el hecho de estar ahí. La primera reflexión: nadie se preocupó por enseñarnos estas habilidades.

Uno de los mayores éxitos en la UCI, que ha hecho posible disminuir las cifras de mortalidad, es que tenemos todas las actuaciones protocolizadas. Excepto la más importante: la comunicación.

No duden que ponemos nuestra mejor intención, pero como se suele decir, “de buenas intenciones nacen las guerras”.

La principal intervención del estudio fue formar a las enfermeras de UCI en habilidades de comunicación y darles las siguientes responsabilidades: preparar a las familias para la información médica, asistir a la información para asegurarse de que el contenido esencial fue discutido, hablar con la familia después de la información y la revisión diaria con cada familia. Con ello, se consiguió demostrar científicamente que esta intervención tan barata mejora la satisfacción, la calidad de la información y el cuidado centrado en las personas.

En este estudio, se disminuyó la estancia en UCI (=se ahorran costes) en base a que los pacientes que iban a fallecer lo hicieron antes, es decir, la sociedad entienden que hay cosas mucho más importantes que sobrevivir a toda costa cuando una persona ha entrado en el proceso de morir: la calidad de ese tiempo de vida y la reducción del sufrimiento es innegociable.

Históricamente en la UCI, las victorias se han medido por vidas salvadas y el desenlace primario de nuestros estudios fue siempre reducir la mortalidad. Parece que por fin hemos iniciado un profundo cambio en el que seguir cuidando de forma intensiva no signifique necesariamente sobrevivir a la UCI, y que además la buena muerte sea considerada como una victoria de nuestros cuidados.

Por ello, no podemos más que poner en valor a las enfermeras de todo el mundo: poseen el conocimiento experto del que acoge y acompaña día a día. Las enfermeras son el motor de la H. Sería interesante que ponderáramos su rol y fuésemos más agradecidos, puesto que sin ellas la Sanidad (y la Sociedad) se cae.

¿Quién necesita más humanización? Desde mi humilde opinión, los médicos. Lo cual no quiere decir que la humanización sea intrínseca a todas las enfermeras, pues ya saben ustedes que hay de todo.

Lo que sí parece obvio es que todos, como en todos los campos del conocimiento, podemos mejorar. Así que muchas gracias a todos los que desde siempre hacen su parte, a los que desde hace unos años intentan mejorar y a todos los que están cambiando sus realidades hacia un modelo más amable y centrado en las personas.

#benditalocura.

Seguimos!

Por Gabi Heras

Foto de portada tomada de Enfermera en Apuros