Hola a todos, mis queridos amigos.
Hoy el blog cumple 2 meses de vida, y sigue creciendo fuerte y hermoso.
Muchas gracias por ser y por estar.

Os traigo hoy un artículo gracias al Dr. Vicente Gómez-Tello, publicado en marzo de 2013 en The New England Journal of Medicine.

Tema espinoso. Se trata de un estudio llevado a cabo en Francia, donde reclutaron a 570 familiares de pacientes que sufrieron una parada cardiorrespiraroria (PCR) y les randomizaron en dos grupos: tener la oportunidad de presenciar la reanimación (RCP) o seguir la práctica habitual (grupo control).

El objetivo principal fue analizar la presencia de síntomas de estrés postraumático a los 90 días, mediante las encuestas Impact of Event Scale (IES) y la Hospital Ansiety and Depression Scale (HADS).

Otros objetivos fueron analizar la ansiedad, depresión, el efecto de la presencia familiar, el bienestar del equipo sanitario y las reclamaciones médico-legales.
En el análisis por intención de tratar, fueron mucho más frecuentes los síntomas en el grupo control. Los familiares que no presenciaron la RCP tuvieron más ansiedad y más depresión.

La presencia familiar no afectó a la RCP, a la supervivencia o al equipo reanimador y no hubo reclamaciones médico-legales.

Concluyen por lo tanto que la presencia familiar se asoció con resultados psicológicos positivos sin producir efectos negativos sobre el equipo sanitario.

¿Qué os parece? ¿Lo implantaríais en vuestras UCIs?
¿Estamos preparados para esta propuesta?

¡Espero vuestros comentarios!