En la UCI del Hospital de Barcelona ya llevamos 26 años trabajando con un régimen abierto de visitas durante las horas del día (10:30 a 22:00) y quizás ha llegado el momento de dar un paso adelante y permitir la entrada de la familia por la noche.

 

Para nosotros no se trata de un mérito, no nos hemos tenido que adaptar a un cambio. Cuando se abrió el hospital ya se estableció este horario de visitas. Es la ventaja de “estrenar” hospital.Todos veníamos de centros diferentes. Para algunos fue su primera UCI y desde el primer momento se potenció el trabajo en equipo, con la participación de enfermería en la sesión clínica diaria y su implicación en la toma de decisiones. En los primeros años de andadura, implantamos el protocolo de sedoanalgesia y desde entonces la enfermera tiene total autonomía en el manejo de la sedación, considerando que es la que pasa más horas al lado del paciente.

La estructura física de nuestra Unidad ha favorecido el régimen abierto. Tenemos habitaciones individuales y amplias y un número de camas que permite controlar mínimamente el acceso de las visitas (13 camas con dos puertas de acceso).
Trabajamos con la familia del paciente. De ella obtenemos información de forma continua, no sólo en lo que afecta a la enfermedad que ha llevado a su familiar a la UCI, sino también de otros aspectos personales y emocionales de la persona que sin duda se trata de información valiosa para proporcionar unos cuidados dirigidos y de calidad.
Por otro lado, la familia es testigo de todo lo que acontece al paciente hora a hora, minuto a minuto y esta información que tiene facilita enormemente la comprensión del proceso, de manera que cuando diariamente el médico informa, pocas cosas son las que les “pillan” por sorpresa, pues ellos saben si el paciente tiene fiebre, si tiene secreciones bronquiales, si hay que aspirarle con mucha frecuencia, si es capaz de toser, si esta muy dormido o quizás inquieto…Infinidad de signos y síntomas que pueden identificar y que les permite entender mucho mejor la evolución clínica.
Además, el hecho de que el familiar vea cómo, con qué frecuencia y de qué manera cuidamos de su ser querido, por un lado da seguridad y confianza a la familia y por el otro, da valor a los cuidados que proporcionamos los profesionales.
Nuestro siguiente objetivo es mantener abierta la UCI durante la noche, esto nos va a costar más porque ahora sí que supone un cambio en nuestra rutina y al fin y al cabo, somos iguales al resto de humanos y seguro que tendremos resistencias.
Estamos seguros que tanto nuestros pacientes y familiares como nosotros, nos beneficiaremos de esta decisión.
Os animamos a abrir las puertas de vuestras UCI.
No sólo es posible trabajar con la presencia de la familia, sino beneficioso para todos, incluidos los profesionales.
No tenemos nada que ocultar y sí mucho que demostrar de nuestra profesionalidad, nuestra dedicación y buen hacer.
Eugenia Portillo y Dr. Lluís Cabré
Supervisora de UCI y Jefe de Servicio
Hospital de Barcelona