Para los que no la hayáis visto, especialmente si trabajáis con pacientes críticos, no os la perdáis.
Ya en septiembre de 2015, le dimos vueltas a su famosa frase que tanto ha dado que hablar en nuestro medio, y escribimos el post “La UCI: ¿sucursal del infierno?”, tras un artículo publicado en el Intensive Care Medicine que proponía recoger unos básicos en busca de una UCI más amable.
Con una tranquilidad y valentía conmovedoras, Cristina se acerca a su accidente de tráfico y recuerda sus experiencias en la UCI del Hospital Universitario de La Paz como paciente. Experiencias que viven día a día todos los pacientes anónimos que ingresan en la UCI, y que no lo eligen.
“Uuuffffff, dura muy dura, me he quedado muy ploffff…¿Antesala del infierno?. Y creemos (los trabajadores) que hacemos lo mejor…¡¡¡Esto te hace pensar y mucho!!!!”.
“No nos damos cuenta que “el del box 2” ha visto cómo se muere y se llevan “al del box 4″. Y está solo y enfermo.”
“Sería un verdadero reto contactar con Cristina Cifuentes para enseñarle esa otra “cara amable de la UCI” en la que estamos inmersos y por la que estamos trabajando”.
“Es bueno contar con experiencias y visiones diferentes y que quizá no nos gusta mucho escuchar, pero que existen y justifican totalmente nuestro trabajo”.
Personalmente, hay una frase de Cristina que quiero rescatar: “En la UCI eres un objeto, un trozo de carne…el paciente se despersonaliza. Si no fuera así, sería muy difícil que nos salvaran la vida las personas que trabajan allí”.
Creo sinceramente que se puede recibir el mejor cuidado, el mejor tratamiento, y el trato más amable posible, y que eso depende de nuestra actitud.
Hay cosas que no podemos cambiar, porque son la vida y la muerte mismas. Centrémonos en las que sí.
Buenas tardes a tod@s.
Otro “post” inagotable en visiones y perspectivas. Quiero centrarme en la persona, en la que tiene nombre y apellidos y que en esta ocasión le ha tocado llamarse Cristina Cifuentes Cuencas. Cuenta cosas inusuales en su calidad de paciente de UCI, y lo hace sin reproche ni propio ni ajeno.
Comenzaré por el final: “En mi caso, ocurrió algo concreto… pasó algo que hizo que cambiara y que tuviera fuerzas. Hubo un detonante, pero es algo de lo que prefiero no hablar…”. Sabe bien de lo que se trata y muchos de nosotros también: dejamos de ser trozo de carne, un objeto, un ser indefenso y recuperamos nuestra IDENTIDAD HUMANA. Antes de esto “Es como si vivieras una realidad paralela. Yo viví esa realidad paralela que además recuerdo con bastante nitidez. Es algo curioso porque yo los sueños los olvido muy rápidamente pero esto no”.
“Cuando volví del coma, había médicos, personas y situaciones que ya conocía… evidentemente, eso ocurrió durante el coma”. Nos confirma pues, que es una vida tan REAL como PARALELA, donde “mas que miedo es terror” lo sentido, junto al dolor y deseo de que todo acabe. Y concluye cuando “…quedarás en paz cuando aprendes a perdonar a todos. A todos y a ti mismo”.
Y finalizo con las palabras de su inflexión vital: “Decidí que, si me moría, lo haría con mi familia, en la habitación o en mi casa. Eso es lo que verdaderamente me impulsó a luchar y a salir adelante”. Palabras que son guía fiel de nuestros expertos pasos como profesionales y con algo fundamental para recordar: que las familias son nuestros mejores RECURSOS TERAPÉUTICOS.
Gracias.
Félix José Martín Gallardo.
swx20088@gmail.com
He de decir que a mí, como a un número inmenso de personas que hemos vivido la experiencia UCI, como pacientes o como familiar SUPERpróximo -no ya en parentesco sino en vínculo.., en ligazón afectivo y espiritual-, no nos impacta el testimonio de Cristina Cifuentes. Sabemos ya que ASÍ es la vivencia del ingresado en la UCI, mayoritariamente.
Por supuesto que se agradece, valora y admira muchísimo su disposición a relatarlo, así como la entereza, valentía, y ¡voluntad transmisora! que logra altamente. Nos sentimos representados y escuchados, así, públicamente. Haciendo llegar nuestro quejido.. a profesionales que precisan aún.. estímulos potentes, como un relato de estas características. Afortunadamente, estos empiezan a reducirse a una minoría.
Suscribo y ensalzo las palabras reflexivas del último párrafo del escrito de Félix José Martín Gallardo.
En Cuidados Paliativos es reconocido que las personas enfermas muy graves, digamos, a probables escasos pasos de morir.., con frecuencia ELIGEN cuándo y porqué, ya, dejar de vivir: morir. En un momento.., en unas condiciones.., alcanzado un determinado -y ajeno para todos los demás- Punto Interior. Un punto de balance entre pros y contras.., de SENTIDO de su vida en tiempo Presente en cuanto a SEGUIR o NO "peleando la vida orgánicamente".
Esto también lo sabemos, sin que nos lo expliquen teóricamente, los que lo hemos VISTO DE CERCA, y sufrido, a veces.. Se sufre cuando no sucede esa 'elección' de manera 'sagrada': La persona enferma y sin posibilidad de recuperación, y en las condiciones naturales para despedirse y 'partir', – esto es, confort afectivo-espiritual y físico (este último, en lo posible)-, alcanza su Punto límite y acepta con paz 'soltarse de la vida'. Se sufre cuando SE CONOCE que esa 'elección', tal y como lo describe Cristina Cifuentes, ha llegado a empujones porque ya no se soporta más ese estado.., con esas condiciones..: ese Punto Interior de Sentido de su vida Presente no le llama a desear Vivir, a mantener MÁS "la máquina funcionando a contracorriente". Cuando el enfermo se deja abatir por la muerte, porque el sufrimiento es extremo. Esa 'elección' no se acepta.. por el ser querido doliente. Porque es forzada por unas condiciones adicionales GRATUITAS externas a las condiciones Naturales de enfermar y morir.
A Cristina Cifuentes le salvó su deseo de poder morir en otras condiciones: "en su casa, o ¡¡en una habitación!!",(pero) "RODEADA DE SU FAMILIA".
¿QUÉ MÁS Y MAYOR EVIDENCIA VA A HACER FALTA PARA DESHACER NORMAS QUE NUNCA DEBIERON INSTAURARSE?
Tal y como ha quedado dicho en uno de los comentarios en el Grupo Humanizando..,ante el testimonio de C. Cifuentes: ""..y ESTÁ SOLO y ENFERMO"".
Gracias por haber creado este soporte en el que manifestarnos y expresarnos Todos.
Afectuosos saludos.
Isabel Torralbo Martínez.