¿All you need is love?

Urgencias del Hospital de Alta Resolución de Benalmádena. Unidad de Atención al Usuario. Un “Código S.O.S” se activó y mis neuronas espejo salieron corriendo hacia la sala de corazones en situaciones críticas.

– Administrativo: María, tranquilízate (me pareció un llanto desesperado, de rabia y rendición a la vez) estamos aquí para ayudarte, me miraba por encima de su mascarilla con los ojos inundados de agua y sal, y parecían preguntarme “¿de verdad?”.

Juicio Clínico: Crisis de ansiedad. Ideas esporádicas autolíticas. La paciente colabora, entiende la necesidad de derivación por interconsulta a la Unidad de Psiquiatría de su hospital de referencia.

María ya se iba, estaba sonriéndome con los ojos (y por ellos supe, que con sus labios también), ladeando la cabeza y moviéndola un poquito de arriba abajo, tal vez afirmando “sí, era verdad, estoy mejor”, y con las palmas de las manos entrecruzadas en el pecho, me estaba dando las gracias, nos las dio a todos, seguro, jornada pagada con creces, ronda de buenas vibraciones para todos, las copas llenas, brindis por María. Salud, y ojalá que te vaya bonito.

Pero NO, las respuestas más óptimas a estos casos, no pueden depender solamente de la voluntad y capacidad individual o grupal para activar, o no, bondad, humanidad, amor… sin más, aunque sea mucho.

El Servicio ha de tener en su haber los procesos, la infraestructura, la formación, las capacidades para activar y sostener una operativa a la altura del desafío de este tipo de urgencias. Tecleé en el buscador de buscadores: “Salud Mental en pandemia”, leí artículos de la Organización Panamericana de la Salud, The Lancet, El Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y médicos del Hospital del Mar y del CIBER. Me inquieté y entristecí, y empecé a soñar.

I have a dream

Invoqué desde el pasado, sin conocerla aun, a alguien como Araceli Ortega, nuestra (equipo Hurgencias) súper psicóloga, profesional con sobrada preparación y capacidades para tales cuestiones. Y en días cercanos, tuve la oportunidad de preguntarle su opinión general sobre aquellas ensoñaciones, aspirantes a reflexiones y propuestas de soluciones en borrador:

1.- Psicólogos en plantilla, presenciales en franjas horarias a determinar, en despacho integrado en la unidad de urgencias y contacto directo y continuo con el resto de profesionales, y localizados de guardia el resto del tiempo en que podríamos interactuar con ellos a través de videoconferencias utilizando tablets.

2.- Software específico para facilitar la gestión de la información y de los procesos en salud mental.

3.-Que formaran al personal de urgencias generándonos las capacidades y herramientas adecuadas para la detección y mejor actuación posible ante las, cada vez más frecuentes, patologías de salud mental y nos enriquecieran con “pautas de intervención psicológica en situaciones críticas o urgentes”. Diseñando, junto a ellos, protocolos multidisciplinares bien definidos de actuación.

4.- Trabajando en seguimientos de pacientes. Complementando los informes para las posteriores derivaciones a las correspondientes unidades de psiquiatría con las que habría una relación bidireccional con retroalimentación fluida y establecidos circuitos y protocolos ágiles de comunicación y actuación.

5.- Por otra parte, que nos enseñaran a mejorar nuestros autocuidados.

6.- Y para seguir sumando en salud mental, colaboraciones con: universidades, asociaciones (de pacientes y de profesionales), medios de comunicación tradicionales y en redes…

No sé, por soñar…Y le pregunté: Araceli, ¿cómo lo ves?:

– Tan necesario es incorporar al psicólogo en circuitos de urgencias como que haya personas como tú sensibilizadas a ello desde éstas. Para promover esa atención integral que planteas, física, psicológica, social y emocional, desde la persona y para la persona, su familiar y con un profesional asesorado y descongestionado de funciones que nos son propias y atendiendo así lo urgente y lo importante. Hagamos que sea realidad Miguel.

En la sinergia positiva de los proyectos de Humanización de la asistencia sanitaria, intuyo el combustible capaz de poner en marcha la maquinaria, aun incompleta, de la gestión de la Salud Mental en Las Urgencias Hospitalarias.

Por Miguel Quintana