Hola a tod@s, mis queridos amigos.
Ayer Héctor G. Barnés publicaba en El Confidencial el artículo: Los trapos sucios (y los agobios) de la profesión médica, según un doctor de EEUU. Me parece que es obligada su lectura.
Empieza así: “Me he convertido en la clase de médico que nunca he pensado que sería: impaciente, ocasionalmente indiferente, a veces despectivo o paternalista”.
Dichas declaraciones son del Cardiólogo Sandeep Jauhar a The Wall Street Journal con motivo de la publicación de su libro de memorias, Doctored. The Disillusionment of an American Physician (Farrar).
Decepciones profesionales, frustración, estrés, falta de independencia, malas condiciones económicas…todo ello finalmente redunda en una atención al paciente que se deteriora con el paso de los años. La gran diferencia con respecto a otros trabajos, es la responsabilidad que tenemos para con la sociedad. Cada vez menos tiempo con el paciente, cada vez más labores que no nos tocan, y cada vez con peor ratio.
 
 “Hay muchas otras maneras de hacer mi vida más plena. Lo triste es que elegimos la medicina porque pensamos que era noble, pero por lo que he visto en mi corta carrera, es una farsa”.
Y es que más del 58% de los profesionales reconocemos haber perdido la ilusión, y más del 30% no volvería a estudiar Medicina a la vista de lo que se ha convertido su profesión.
Por otro lado,  “Los pacientes están cada vez más desencantados con un sistema médico que es indiferente a sus necesidades”, explica Jauhar. La noción de “mi médico” ha desaparecido, y lo habitual hoy en día es que cada paciente disponga no sólo de una larga colección de especialistas, sino de varios médicos de cabecera el mismo año.
“La Medicina consiste en cuidar de la gente en su estado más vulnerable y hacerte tú un poco más vulnerable en dicho proceso”, concluye Jauhar. “Son esos momentos humanos los que otros –los abogados, los banqueros– envidian de nuestra profesión, y ninguna compañía, ninguna entidad nos lo puede quitar”. Para el autor, ahí se encuentra “nuestra salvación profesional”.
Desde Proyecto HU-CI, el mensaje es claro: si el Sistema no cuida al cuidador, creemos que está abocado al fracaso y no será sostenible.
Y ese cuidarse, se inicia en cada uno de nosotros.
Feliz Sábado
Gabi
Pd: muchas gracia a la Dra. Nuria Camino por compartir este artículo