Después de ver la entrevista de Alfonso Bassave a Gabi Heras (y viceversa), había mucho, mucho que reflexionar. Más que entrevista, conversación de dos seres humanos, dos profesionales hablando “a pecho descubierto” de sentimientos y emociones.
Y no ha parado de girar en mi cabeza, una idea, una palabra que se repitió en varias ocasiones durante la conversación: MIEDO.
Por supuesto que los pacientes tienen miedo, pánico literalmente en ocasiones, y sus familias sufren muchos miedos e incertidumbres.
Pero…¿y el Intensivista? ¿Tiene miedo el Intensivista?
Pues si la respuesta dependiera de mí, la contestación sería: SI, y no estoy hablando de tener miedo como cualquier persona, a enfermar, a perder un ser querido o a la propia muerte. No.
Me refiero a tener miedo en tu trabajo.
Miedo a no poder diagnosticar a tiempo a un paciente, a fallar en una técnica en un momento decisivo, a tomar una decisión incorrecta, a no haber estudiado lo suficiente de un tema,  a estar demasiado cansado una noche para darse cuenta de que surge una complicación…
De repente te ves en el centro de un “escenario”: atención inicial a un politraumatizado grave, o hemoptisis masiva, u obstrucción de vía aérea; aviso de parada cardiaca en cualquier planta del hospital.
Cuando el Intensivista acude a cualquiera de estas llamadas, llega como último recurso y escalón terapéutico: todas las miradas puestas en ti y esperando instrucciones.
“¿Qué hacemos doctora?, ¿Vas a intubarlo? ¿Quieres una vía? ¡No detectamos tensión! ¿Avisamos a la familia?¿Cargo algún fármaco? ¡No sube la saturación! ¡Sigue sangrando!
Miedo a no conseguir intubar al paciente, miedo a que el marcapasos no estimule, miedo a hacer un neumotórax Miedo a EQUIVOCARME.
En los hospitales comarcales, hay un solo intensivista de guardia sin más adjuntos de UCI, sin residentes de intensivos, sin Cirujano Cardiovascular, sin Neurocirujano, sin Radiólogo intervencionista, sin UCI pediátrica, sin ORL, sin Digestivo. MIEDO a no estar a la altura de las circunstancias.
Hay dos nombres, que cuando aparecen en la pantalla del busca, se te corta la respiración: Ginecólogo y Pediatra. Una Urgencia obstétrica o pediátrica, quizás son las situaciones más angustiosas para el Intensivista de guardia en un Hospital Comarcal. MIEDO a no poder hacer nada.
Pero así no se puede trabajar diréis….Y yo diría que así, no se puede casi ni vivir.
Hay que hablar de ello: no es motivo de vergüenza ni signo de debilidad.
El MIEDO es un sentimiento necesario.
Hay que desarrollar y aprender recursos de autocontrol, esforzarse duro para estar preparado, estudiar, entrenarse, aprender técnicas de autoayuda…Ser absolutamente sincero con uno mismo: esto es difícil a veces, muy duro en ocasiones, pero es mi trabajo, me he preparado para hacerlo, me he esforzado para estar preparado, todos confían en mí en este momento y es una de las cosas que más me gusta en el mundo.
¡SOY INTENSIVISTA!
Dra. Maria Rojas
Médico Intensivista