Este mes se ha celebrado el III Congreso Internacional de Espacios de Arte y Salud, al cual lamentablemente no pude asistir. Organizado por el departamento de Salud de Dénia y con el arte como elemento protagonista, trata de relacionar desde una perspectiva científica y artística aspectos relativos a la neuroestética, la musicoterapia, la creatividad, la educación y la salud.

Al principio me choco un poco: ¿el arte puede ser la disciplina principal de un congreso sanitario?…¿Y por qué no? El arte es una forma de expresión, comunicación y puede llegar a ser una vía de escape para algunas personas. Si nos paramos a pensar, el arte está cada vez más presente en la unidades y nos ayuda a humanizarlas a través de la música, pintura, escritura, escultura, danza, teatro, poesía, lectura, fotografía, video, instalaciones, etc.

Como medio de expresión puede ayudar a los pacientes a comunicarse, a reducir el estrés y a superar problemas emocionales cuando el paciente presencia un concierto en directo, una representación teatral o contempla cuadros, imágenes artísticas, dibujos o fotografías desde su cama. Pero si además el paciente se involucra en el proceso creativo, este ayuda a: mejorar el bienestar físico y psicológico, el autoconocimiento, la autoestima, el control emocional, reducir el estrés y la ansiedad, mejorar el estado de conciencia y la atención.

Estas disciplinas se pueden adaptar a cada paciente dependiendo de su estado clínico, unas veces forma de individual y otras de forma colectiva.

Pero no debemos olvidar lo que dice el doctor Francisco Ruza, creador de la UCI pediátrica del Hospital La Paz de Madrid “La aplicación de las artes creativas son complementarias -ni alternativas ni sustitutivas- y lo que hacen es mejorar el estado de ánimo de la persona y, por lo tanto, mejoran su calidad de vida. Pero, efectivamente, el efecto es transitorio. Ocurre lo mismo con los fármacos. Cuando bajan los niveles en plasma, dejan de tener efecto. Por eso,  para que las terapias creativas sean eficaces hay que mantenerlas a lo largo del tiempo”.

Hay unidades que ya utilizan el arte cómo un elemento humanizador y de forma constante:

El hospital de Dénia desarrolla desde 2009 el proyecto CuidArt, con talleres de musicoterapia, arteterapia y animación teatral. Poseen también una sala de exposiciones, donde se exponen proyectos creativos relacionados con el arte y la salud.

Las UCI pediátricas de los hospitales 12 de Octubre, Gregorio Marañon y Ramón y Cajal de Madrid disponen de arteterapeutas.

El Hospital San Rafael “Humaniza con tiza” su UCI pediátrica, donde los niños pueden desarrollar su creatividad en pizarras.

Existen organizaciones como Música en vena que acercan la música de alta calidad con interpretaciones en directo por todos los servicios del hospital.

También existen asociaciones cómo Fundación Theodora, Pupaclown, Saniclown, Payasosospital, Payasosalud, Sonrisa médica que con sus representaciones siempre provocan una sonrisa a pacientes, personal sanitario y familias. Y hay centros como el Hospital Niño Jesús de Madrid que disponen de sus propios teatros para que todos los días los niños y sus familias puedan evadirse disfrutando de actuaciones de magia, títeres, música, payasos, cuentacuentos, etc…

Como ves el arte puede estar presente en las unidades en diferentes disciplinas, creo que es muy interesante que los pacientes puedan disfrutar de ellas para evadirse y mejorar su estado anímico. Os propongo en la medida que sea posible involucrar al paciente en el proceso creativo o que participe en él y con ellos las familias, porque los beneficios del arte no son solo para los pacientes, son para todos, porque la humanización es cosa de todos.

Saludos,

Mónica Ferrero

Interiorista en Lab In Action y miembro del Proyecto HU-CI