Hola a todos, mis queridos amigos.Quizás si hay algo invisible en la UCI es el ruido. Y aunque hemos hablado de ello aquí o aquí, tengo la sensación de que hemos pasado de puntillas, casi sin hacer ruido.

No somos conscientes de cómo afectan las alarmas a nuestros pacientes, como tampoco somos conscientes los profesionales de lo expuestos que estamos en nuestro día a día a este factor estresante.Dentro del Plan de Humanización de las Unidades de Cuidados Intensivos de la Comunidad de Madrid, en el capítulo de Infraestructura humanizada, se aborda este tema e incluso se habla de la normativa que recomienda la OMS, con un control de ruido por debajo de los 35 dB y aceptándose un ruido operativo hasta 45 dB.

“La OMS aconseja un nivel de ruido de 30 decibelios. Según la norma UNE 100713:2005 la máxima presión sonora para UCI es de 35 dB(A). Debemos mantener este nivel, especialmente durante las horas de descanso, ya que el ruido afecta al paciente, influye en su estado emocional y su calidad del sueño puede verse muy afectada. Se admiten un incremento de 10dB a estos niveles de ruido máximo ambiental para permitir la comunicación y el aprendizaje. Es decir un nivel de ruido operativo máximo de 45 dB.

Este nivel de ruido requiere un esfuerzo consciente del control del nivel de voz por los profesionales.El ruido que se genera en la unidad puede ser interior (el generado por la actividad que se realiza día a día), o exterior (el que llega de fuera de la unidad).

Podemos combatir el ruido utilizando materiales que aíslen acústicamente la unidad, como revestimientos, materiales, techos, suelos y cerramientos que absorban el ruido y lo aíslen ya que es de obligado cumplimiento según la norma UNE EN 12354, partes 1, 2 y 3. Apartado 3.1.3 del DB HRPor otro lado, podemos combatir el ruido interno sustituyendo alarmas acústicas por alarmas luminosas, utilizando buscas en vibración, puertas de vidrio automáticas, medidores de ruido, moderando el tono de las conversaciones y tono de teléfonos fijos o móviles, moderando el volumen de televisión, radio y audio, evitar golpes, ruidos bruscos y portazos, no arrastrando mobiliario, utilizar calzado adecuado para evitar el ruido tan molesto que provoca el roce de las gomas con el pavimento”.

Todos los que tengáis algún tipo de sistema de detección de ruido, habréis observado que mantener esos 35 dB es imposible aún estando en silencio absoluto.
Sinceramente, creo que nos vinimos muy arriba y seguimos unas recomendaciones que poco tienen que ver con la realidad, y para ello tenemos que definir qué es ruido.
Hemos pedido a varios expertos que nos lo expliquen, y que nos expliquen también sus tecnologías para conocer lo que realmente importa: el paisaje sonoro de cada HU-CI.
Mientras tanto, una imagen vale más que mil palabras: es necesario conocer lo que hacemos y cómo lo hacemos para poder hacer las correspondientes acciones de mejora. Este es el paisaje sonoro de una HU-CI española hace un mes: fijaos que por el día, se trabaja en torno a los 58 dB, por la noche a unos 54 dB. Y sobre los marcados picos de ruido, podéis sacar vuestras propias conclusiones: ¿qué pasa a esas horas en esta UCI?.
Da qué pensar, ¿verdad?. Si hacemos consciente el ruido, podremos mejorar la calidad de vida de todos: pacientes, familias y profesionales. Y eso, no tiene precio.
Feliz Viernes,
Gabi