Hola a tod@s:
 
El día 25 de Diciembre de 2013, José Luis Díaz volvió a nacer. Y me envió su historia, que es uno de los post más divertidos, dramáticos y leídos de este blog y que os invito a releer: Volver para contarlo. HISTORIA DE UN INFARTO.
 
Sigue dando guerra (sobre todo por la extensión de su post, que aunque avisé, me resisto a mutilar), y me manda su firme candidatura al blog con su post Tras superar un infarto:

 
“La
hospitalización duró tan sólo cinco días. El primero podéis descontarlo porque
al recuperar la consciencia prácticamente se había esfumado. Los cuatro
restantes se hicieron más largos de lo habitual por el mero hecho de estar
hospitalizado.
Decir
que fueron los mejores días de mi vida sería faltar a la verdad, sin embargo y
para mi sorpresa fueron mucho mejores que los que vendrían a continuación.


 
CRONOLOGÍA

El
primer día
:
Como ya he dicho resultó ser el día más corto de mi vida, pues “regresé” entre
las 18 y las 19 horas y, por tanto, al día le quedaban ya pocas horas, sin
embargo, me llevé la PRIMERA ALEGRÍA, había vuelto y seguía AQUÍ; intubado,
pero AQUÍ; desorientado, pero AQUÍ; molesto, pero AQUÍ; dolorido, pero AQUÍ;
sondado y con más vías que la Estación de Chamartín, pero AQUÍ.
¡Coño!
(con perdón), con lo mal que me encontraba y lo contento que me puse de estar
AQUÍ.
 
El
segundo día
: A
primera hora DOS ALEGRÍAS más por el precio de una. Uno de los primeros en
dirigirse a ti es el médico. Y lo primero que hace es preguntarte como te
encuentras y si sabes lo que te ha pasado. Contestas que crees haber sufrido un
infarto y te confirma que así es y te felicita por haberlo superado, utilizando
la expresión “ENHORABUENA, HAS NACIDO DE NUEVO” y tu piensas, “pues sí que ha
debido ser serio”.  Y adiós a la
intubación (que alivio) y la familia que te visita visiblemente emocionada y te
enteras que ya te vieron el día anterior, aunque hasta entonces tú no tenías ni
idea y a ti también te embarga la emoción y, por ello y por la recién
abandonada intubación, tienes dificultad para tragar la saliva.
 
El
tercer día
:
TRES ALEGRÍAS, por aquello de mantener la paridad. Lavado en seco con esponja
enjabonada, retirada de la vía femoral y traslado a planta, donde pasas de
estar sólo a tener un compañero que además es todo un experto en patologías
cardiovasculares tras múltiples ingresos, desfibrilador implantado y familiarizado
con el personal sanitario, por sus repetidas y largas estancias. Mayor número
de visitas y, fruto de ello, los dolores pasan a ser molestias.
 
El
cuarto día
: La
comida, sin apenas sal, supone un pequeño desencanto y, aunque las primeras
comidas y cenas vuelven prácticamente intactas por donde han venido, el retorno
del apetito y la falta de alternativas hacen que las siguientes te resulten más
llevaderas.
 
Y
el quinto día
: El
ALTA hospitalaria. Aunque se hizo efectiva a última hora, el ALTA. 
Pero
antes (…) Las “recomendaciones”:
 
Dieta pobre en sal y en colesterol (huevos, leche entera y
derivados, carne de cerdo y embutidos y otras grasas de origen animal) y rica
en pescados, especialmente los azules, frutas, verduras y legumbres.
DEBE ABSTENERSE DE FUMAR.
Deberá mantener una vida tranquila tras el alta evitando
realizar sobreesfuerzos.
OMEPRAZOL, LISINOPRIL, CARVEDILOL, ADIRO, PLAVIX, más CARVEDILOL
y CARDIL y, si tienes dolor, PARACETAMOL.
En caso de volver a presentar dolor torácico tomará un
comprimido de nitroglicerina sublingual (VERNIES), sentado o tumbado, y avisará
al 112.
Deberá comenzar a hacer ejercicio poco a poco, de forma
progresiva, hasta ver si consigue andar durante una hora al día.
Control por su Médico de Cabecera. Se ruega realizar analítica
sanguínea con perfil lipídico, hemoglobina glicosilada y perfil
ferrocinético.  Acudirá al Hospital de
Día de Cardiología para la realización de coronariografía terapéutica. Deberá
venir en ayunas y con un acompañante.
Y
tras ellas 
¡BIEN!
a casita. 
HOGAR,
DULCE HOGAR.
 
Al
llegar a casa todo lo ves distinto, familiar pero distinto. Y una vez en tu
sillón favorito que, dicho sea de paso, tanto ha agradecido tu ausencia estos
días, relees el informe del alta hospitalaria.
Antecedentes
(…)
Historia
actual (…)
Exploración
física (…)
 Pruebas complementarias (…)
Evolución
(…)
JUICIO
DIAGNÓSTICO (…)
Tratamiento
(…)
            Dieta (…)
            Medicación (…)
Revisión
(…)
 
Y
comienzas a ordenar la medicación, recién llegada de la farmacia, para ser
capaz de cumplir con la posología y los horarios indicados (1. Omeprazol, 2.
Lisinopril, 3. Carvedilol, 4. Adiro, 5. Plavix, 1 bis. Carvedilol y 6. Cardil).
Tras ello retomas nuevamente el informe del alta hospitalaria e intentas
entender algo más, al tiempo que, con imaginación, intentas traducir las siglas
que salpican el mismo.
 
Elevación del ST: ¿?
Código IAM: Infarto
Agudo de Miocardio (Supongo).
Llegando al hospital, directamente a HA: ¿?
Con multitud de FV:
Fibrilación Ventricular (Supongo).
El tiempo total de PCR: Parada
Cardio Respiratoria (Deduzco).
Electrocardiograma al ingreso: RS 90Ipm, con PR normal, QRS
estrecho. Elevación del ST en cara inferior, lateral y precordiales derechas:
¿?
Electrocardiograma al alta: RS 80Ipm, con PR normal, QRS
estrecho. Elevación del ST en derivaciones inferiores, laterales izquierdas. T
negativas en derivaciones inferiores:

¿?
 
Coronariografía urgente: Enfermedad coronaria de 3 vasos.
Intervencionismo. Se recanaliza la CD distal con guía y se realiza aspiración
manual trombótica en múltiples ocasiones obteniendo abundante material
trombótico. Se implanta de forma electiva un stent recubierto de zotarolimus de
4.0×26 en la CD distal, tras la cual se vuelve a aspirar en rama posterolateral
e IVP, consiguiendo flujo final TIMI2. Cierre femoral con AngioSeal sin
complicaciones:
 Con buena voluntad y mucha imaginación: La arteria coronaria derecha debía estar
totalmente obstruida y otras dos arterias parcialmente. Tras aspirar los
trombos que provocaban la obstrucción de la primera, se coloca un stent
medicalizado y se vuelve a aspirar en el entorno.
 
Ecocardiograma transtorácico: Ventrículo izquierdo no dilatado,
con espesores parietales normales. Aquinesia inferior (con disquinesia de su
tercio basal), lateralinferior, septal inferior y de un tercio distal de cara
lateral. Aquinesia apical y del tercio distal de cara anterior y septo
anterior. Función sistólica global moderadamente deprimida (FEVI 40%, a
expensas de hiperquinesia compensadora del resto de segmentos). Patrón de
llenado transmitral compatible con alteración de la relajación. Aurícula
izquierda no dilatada. Ventrículo derecho no dilatado, con función sistólica
global normal. Válvula mitral morfológicamente normal. Mínima insuficiencia.
Válvula aórtica morfológica y funcionalmente normal. Válvula tricúspide
morfológica y funcionalmente normal. Presión sistólica de arterial pulmonar no
estimable. Vena cava inferior dilatada con colapso inspiratorio menor del 5%.
No derrame pericárdico. Raíz aórtica no dilatada. Aorta ascendente normal
(29mm):
En
este caso, ni con buena voluntad.
Tras
haberme informado exhaustivamente ya puedo decir aquello de
 
 
YO SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA 
ó YO SÓLO SÉ QUE NADA SÉ
 
Por
ello, si a mi confesa ignorancia le añadimos que las molestias que sentía en
pecho y espalda, que casi habían desaparecido como consecuencia de la breve
hospitalización y el rápido retorno al hogar, regresan nuevamente; que al
acostarte sientes dificultad para respirar; que en la mesilla, muy a mano,
reposan las pastillas sublinguales de nitroglicerina y que entre las pocas
cosas que te han quedado claras se encuentra que tienes una “enfermedad
coronaria de 3 vasos”, la posibilidad de que pueda volver a repetirse el dolor
en el pecho y EL TEMIDO INFARTO pasan a ocupar un lugar preferente en tus
pensamientos.
 
Estoy
firmemente convencido de que el informe es una herramienta idónea para conservar
los datos relevantes del “suceso” y su exitoso tratamiento. También lo es, sin
duda alguna, para que otros profesionales de la medicina puedan conocer lo
sucedido y actúen en consecuencia e incluso puede ser un instrumento
valiosísimo para evitar responsabilidades si, muy a pesar de los esfuerzos
realizados por los profesionales que me atendieron, no se llegara a conseguir
el fin por todos perseguido, pero lo que también resulta innegable es que al
enfermo poco o nada le aporta el mismo.
 
Lo
que realmente le interesa y le preocupa al enfermo es saber CÓMO DE GRAVE ES SU
ENFERMEDAD, cuan alto es el RIESGO DE QUE PUEDA REPETIRSE EL INFARTO aun observando
las prescripciones médicas, que grado de afectación tienen las arterias
coronarias y, en consecuencia, QUE LIMITACIONES FUNCIONALES VA A TENER, que
cosas PUEDE o DEBE HACER y NO PUEDE o NO DEBE HACER y todas aquellas CUESTIONES
que, por RELEVANTES que sean, desde el desconocimiento de la materia resulta
imposible preguntar.
 
Esta
falta de información se ve paliada en cierta medida por la información que
reciben los enfermos durante los PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN CARDIACA pero, en
mi modesta opinión, llega tarde.
 
El
enfermo, en muchas ocasiones, ha pasado miedo y si ha conseguido conciliar el
sueño durante la noche y estar más o menos bien durante el día, en las semanas
inmediatamente posteriores al suceso, ha sido gracias a los tranquilizantes y a
los ansiolíticos.
 
¿Tan
complicado resultaría entregar al enfermo, junto con el informe médico actual,
un informe que pudiera resultarle inteligible?
 
Por
ello, propongo a cualquiera de los profesionales de la medicina que pudieran
leer estas líneas, que hagan el ejercicio de traducir los términos y
expresiones técnicas que se han reproducido en ellas para hacerlas asequibles a
los que, como yo, sólo sabemos del corazón lo que se dice en la prensa rosa y
que cuando sufres un desengaño amoroso pasas por “tener el corazón partío”.
Estoy seguro que de esta forma estarán contribuyendo a humanizar los cuidados
intensivos.
 
Muchas
gracias por vuestra paciencia e interés.

J.L.D.F

A mí me ha dejado mudo, ¿y a vosotros?. Desde luego da que pensar.
Un abrazo crack!
Gabi