Sigue retumbando en mi cabeza aquella frase que dijo el Dr. Díaz Rubio en mi ceremonia de graduación: “El médico a veces cura, pero cuando no seamos capaces de curar, debemos saber acompañar. Es tanto o más importante que el poder curar”.

Anoche la vida me ha dado una nueva lección.La vida, y mi paciente box 18, Madame R.

Después de varios días en la UCI con noradrenalina luchando sin éxito y tomada la difícil decisión junto con los cardiólogos de retirar el esfuerzo terapéutico, se lo comunicamos a ella.“Tiene derecho a saberlo y a organizar sus cosas”. Nos habló de su familia, de sus “planes”, de un sacerdote, de notarios…y de Chloé.

Chloé es su perrita y le acompaña desde hacía años. Quizá desde que enviudó, o incluso antes. “Ella es TODO para mí”, nos decía. “Si voy a morir, quiero hacerlo en casa. Quiero arreglar mis cosas y quiero estar con mi familia y con Chloé”.

Con dudas de que la retirada de aminas nos permitiera llegar tan lejos, decidimos hablar con su hija y que, quizá, ella pudiera traer a Chloé. Yo solo había visto una vez algo así en los periódicos. Hablaban de un perro que dormía con un niño autista hospitalizado y al que le había venido genial. ¿Podíamos hacer tal cosa? ¿Podíamos meter un perro en un box de la UCI? ¿Estaría nuestro jefe de acuerdo con tal decisión?.Hoy después de ver cómo ha ido todo sólo puedo decir que quizá haya sido una de las mejores decisiones de mi vida. A primera hora durante el pase no fue sencillo. Las dudas sobre lo “correcto” o no, el modus operandi (¿sale ella? ¿dejamos pasar a la perrita en un bolso?), disparidad de opiniones… Por suerte nuestro jefe no lo ha dudado.

Tenemos muchos antibióticos carísimos, drogas vasoactivas, monitores sofisticados, catéteres, morfina y otras drogas…creo que NADA nunca había tenido mejor recibimiento que la llegada de Chloé al box 18. Me he emocionado. Nos hemos emocionado, todos, desde las aides soignantes (auxiliares) hasta los internes (residentes). Solo pensaba en la frase de anoche: “Chloé los es todo para mí”.

He pedido a la familia y a Madame R. Hacer una foto de Chloé en la Unidad, para compartir esta experiencia en este blog. Mi sorpresa ha sido enorme cuando la propia paciente no sólo me ha autorizado a publicarla, sino que me ha pedido aparecer ella en la foto, con Chloé.

 

Hoy terminé mi guardia triste pero satisfecha. No pude curar. Pero he sabido acompañar. No se cuánto bien hice a mi paciente, pero ella a mí me ha dado una lección. Por encima de todos los medicamentos, hay lugares como el alma donde los catéteres no llegan. Depende de nosotros saber curar también con pequeños gestos que, en ocasiones, son la mejor droga.
Merci!
Dra. Laura Sanz
Médico especialista en Cuidados Intensivos
Service de Réanimation
Centre Hospitalier de Niort (Francia)