Papá: os hemos fallado.
Tu generación, la de 1945, y todas las hornadas cercanas a esa fecha, no habéis tenido una vida sencilla. De pequeño fuiste niño yuntero. Te levantabas de la cama antes de que el sol se frotara los ojos, y salías al tajo, para ayudar a tu padre. Viste los animales de la madrugada manchega en vivo y en directo. Te dolieron en la espalda los sacos de cereales, los kilos de olivas, los troncos de las cepas. Siendo todavía adolescente, buscaste en Madrid un sueño sin arados. Un sueño de uniforme que no era tal. Y llegaron las manifestaciones, la Dirección General de Seguridad, la muerte de Franco, la llegada del nuevo orden constitucional y la formación de una nueva familia, en la que desde hace cuarenta y cuatro años estoy incluido.
Tu generación consiguió un milagro fantástico: gracias a ti, papá; gracias a ti, mamá; y gracias a todos los de vuestra generación, muchos de los nacidos en los años 70 pudimos dar un salto educativo, económico, social. Yo pude estudiar una carrera. Pude ser médico. Pude ser pediatra. Pude ser jefe de servicio. Pude dejar de ser jefe de servicio. Pude ser profesor universitario. Pude viajar. Pude disfrutar a manos llenas de mi propia familia. Pude expresarme libremente. Y pude a ratos, también, ser escritor.
Hoy es 11 de abril. Estamos en plena pandemia por SARS-CoV-2. En España ha habido más de 15000 fallecimientos por este motivo, cifra que posiblemente sea mucho más alta. Un tercio de ellos, en Madrid. Han muerto Leopoldo, Paco, María, Jesús, Javier, Lola, Caty. Han muerto Consuelo, Ignacio, José Luis. Han muerto Lucía, Juan Alberto, Mariano y Cristina. Miles de personas que veíamos por la calle, de la mano de sus hijos o de la mano del viento. Y te has ido tú. Lloro tu muerte, pero mi llanto es global, como el de Walt Whitman. Tu tragedia es la misma de todos, y mis ojos son los ojos de decenas de miles de españoles que se han puesto a llorar. Lloro sin llorar, con ojos secos, la desolación de haberos fallado.
Y es que me pregunto atormentadamente, ¿por qué habéis tenido que iros solos? Papá: ya sabes que he recibido varios premios relacionados con la humanización sanitaria. Tu marcha en soledad (con la tuya, la de María José, la de Carlos, la de Juanito, la de Esperanza, la de Julio y la de todos los seres humanos resumidos en una cifra que se están esfumando) podría desbaratar todos esos premios de un golpe seco y reducirlos a un montón de ceniza. Os hemos fallado como sociedad civil, al no haberos sabido proteger. Os han fallado las instituciones, que no supieron dar el grito de alarma a tiempo. Os he fallado yo, que dije públicamente que había que confiar en las instituciones. Os ha fallado la clase política, que, lamiéndose levemente las heridas, usará vuestros cuerpos ausentes para hilar un argumento de ganancia de escaños. Pero no para reaccionar a tiempo. Pero no para proteger a los sanitarios que atienden pacientes con coronavirus. Pero no para procurar a los hijos de los ausentes su derecho a despedirse, protegidos, con un equipo de protección individual mientras Bernardo (simple ejemplo, mi ejemplo) se iba transformando en recuerdo.
Durante los cuatro días en que te fuiste apagando, solo contamos con tres minutos para decirte definitivamente adiós. Y algunos segundos más, que nos regaló por bonhomía el médico que cuidó de ti, doctor Gabriel Sotres, y al que estaremos siempre eternamente agradecidos. Nunca se me olvidarán las tres horas que me regalaste para estar con mi padre mientras estaba consciente, y durante los cuales pudo interaccionar por últimas vez con sus nietos, que eran su motor de vida. Muchas gracias también a la enfermera que ayudó a enviar un mensaje dirigido a mi madre, enviándole ánimos y tranquilidad. “Señora: le vamos a cuidar muy bien”. Y así hicieron. Le cuidaron muy bien.
Descansa, papá.
Por Ivan Carabaño
Hola Iván, siento mucho lo sucedido y no tengo palabras para poder acompañarte, mejor dicho acompañaros en esto. Me gustaría darte un abrazo enorme y aunque sea de forma virtual te lo mando.
Un abrazo enorme.
.Hala Iván, sólo quieto darte mi más sincero pésame, he sido compañera de tu padre en Leganés desde hace muchos años y siempre le recordaré como una buena persona en el sentido más extenso de la palabra. D.E.P.
Lo siento mucho Ivan!!
Por estas fechas solíamos coincidir con él ppr la S Santa en el pueblo; nos alegraba vernos y recordar viejos tiempos!!!
Dado el momento ni os podemos acompañar…
Nos sentimos unidos a vuestro dolor!; y estará presente en Ntras oraciones.
Nuestro más sentido pésame por el fallecimiento de tu padre Bernardo q.e.p.
Ánimo y fuerza en estos momentos tan difíciles para toda la familia.
Haremos una oración por el.
Un abrazo muy fuerte.
Jesús Carabaño Velasco
María Isabel Martínez Maluenda
Preciosas palabras que desearía no haber leído. Te envío mi más sentido pésame, Iván. Un cariñoso abrazo.
Iván… Cuanta razón, siento de corazón tu pérdida como la de tantos otros venerados mayores, pero no te martirices, estoy seguro que tu padre sigue orgulloso de ti, de tu labor, de tu bondad, y de tu alto grado de responsabilidad, que te ha llevado a culparte sin merecerlo. Rezo por él, por ti y por tantos, de momento es lo único que puedo hacer. Decimos los cristianos que la muerte no tiene la última palabra, espero que tu padre siga alentandote en tu vocación de buena gente. Un abrazo de un admirador. José Manuel
Lo siento mucho, lo sentimos, toda la familia. Tenemos la suerte de que trates a nuestro hijo con la humanidad, la empatía y el cariño que te caracteriza.
Tu video explicando a los niños en las noticias lo que era el coronavirus, ayudó a que lo que nosotros, sus padres, intentábamos transmitirles de calma, sin saber bien qué palabras escoger, en unos minutos se hiciera realidad solo mirándote y escuchándote.
Sabemos que esto va a seguir poniéndonos a prueba mucho tiempo, que los sanitarios, como mi hermana, conoceréis y sufriréis más que nadie a este virus traicionero,pero también se o quiero saber que esto pasará, dejará sus heridas, pero volveremos a encontrarnos y a poner en alguien tan especial como tu a nuestros hijos.
Un abrazo enorme.
Gracias por esta carta poder pública, que tan bien retrata el dolor que estamos viviendo. Suscribo cada una de tus palabras. Permíteme acompañarte, enviarte un fuerte abrazo y agradecer en tu persona el trabajo que hace el personal sanitario. Un fuerte abrazo.
Ivan solo un abrazo grande en estos tristes momentos.
Hola Ivan, nuestro mas sentido pésame , mío y de mi familia. Unas palabras preciosas como homenaje, más que merecidas. Seguro que se marchó contento por haber disfrutado de su familia y del reconocimiento de los que tuvimos el placer de conocerle. Yo le recordaré siempre, con cariño, con esa sonrisa y ese talante que solo tiene la buena gente. Recordaré muchos buenos momentos pasados en vuestra compañía, al final eso es lo que queda.
Un abrazo
No nos conocemos pero me llega tu dolor y tu rabia, cuánta razón tienes en todo lo que cuentas! Te mando un abrazo.
Mi más sentido pésame. Se por lo que estás pasando, y lo digo con conocimiento de causa. Mi padre nos dejó de igual manera recientemente, 3 hijos y una viuda. Y no no tuvimos 3 min. No tuvimos nada. Me queda solo su recuerdo sin despedida.
Solo desearía que todos y cada uno de los que se dedican a la política, sufrieran lo que sufrimos nosotros, pero no por venganza, sino para hacerles más humanos y sirviera para ser mejores. Porque, por desgracia, todos seguirán pegados a sus sillones, cuando esto pase.
–Hola Iván, mi mas sentido pésame para ti y para toda la familia. Nunca nos hemos visto, pero si tuve el honor de conocer a tu padre, ( persona buena) fue un 26 de mayo de 1986, llego y me dijo… vengo a trabajar con ustedes y así fue, persona humilde, bonachón, si hacer ruido se gano el respeto y admiración de superiores y subordinados , asi paso por C. De Leganés.
–Te ánimo a que destierres de tu interior cualquier asomo de rencor u aquello que te pueda hacer culpable de lo que pudiste hacer…..él, no sería partidario, ya que era todo bondad, y reconfortate con que tuvisteis un padre y un marido extraordinario. Salud para la familia y ánimo.
— Mi nombre Lorenzo le traía buenos recuerdos, de la generación del 51, un extripa terrones como tantos otros de la época, ero siempre dando gracias a Dios.
Yo también lo siento Iván. Tu padre era compañero mío en la coral de la U.P.L. y lamento haberme quedado sin él. Afirmo que era una buena persona y todo el grupo lamentamos su ausencia. No te sientas culpable de nada. Eres un buen hijo y con tus palabras le has hecho un gran homenaje. Un abrazo.