Leer antes de partir
Subí ese día al hospital a ver a mi tío ciego. Era uno de esos lunes de agosto donde todo se petrifica, con la ciudad vacía de almas, un fuego lento evaporándose en las casas y las calles. Apenas había visitas y en los pasillos, largos y profundos, se oían susurros de papel. Mi tío resoplaba en su cama y [...]