Un mar de gelatina, por Raquel Nieto
99 días Estuve durante muchos días sedada, dormida. Los dormidos seguimos estando, aunque nuestro contacto con el exterior esté interrumpido, de vez en cuando hay señales, voces, un destello, un roce nos da un latigazo que reconocemos desde lo profundo. Y buscamos la salida. Me sentí sumergida en un mar de gelatina, los brazos torpes, sin fuerza suficiente para dar [...]