Hola a todos, mis queridos amigos.
Celebramos hoy la entrada número 200 de Proyecto HU-CI, y alguien muy especial para mí, ese hermano que si hubiera podido habría elegido, ha querido mandarnos un regalo y un momento de reflexión. Dadle espacio y os hará bien.
Os invito hoy a salir del vuestro lugar de trabajo, muchos, de vuestro hospital. Y a viajar a Níger sin duda gracias al excelente reportaje publicado el 9 de Noviembre de 2014 en El País Semanal por Santiago Roncagliolo, Testigos del Olvido.
Aquí va un pequeño resumen.
“Oumarou M. Rabe es un escritor que nunca será top. Es un contador de historias que se alimenta de las historias de la gente y así se libera así mismo. Pero en Níger no hay editoriales, apenas hay cuatro universidades y solo sabe leer el 29% de la población. Aun así, nadie puede con su ilusión.
Trabaja con Médicos sin Fronteras (MSF) en el hospital de distrito. Cada día llegan cien pacientes, pero el Estado sólo tiene capacidad para asignar dos médicos. MSF pone otros nueve, aparte del personal logístico. También han construido los pabellones.
El principal enemigo es la desnutrición, nombre médico del hambre.
A pesar del trágico entorno, Oumarou es un baño de energía positiva. No es médico. Es sensibilizador. Ayuda a promover conductas saludables entre la población y a luchar contra el estrés de las madres, para que puedan dar leche.
Oumarou también imparte cursos de prevención contra enfermedades y organiza una animación grupal. Es el único lugar divertido del hospital. –Hay que ganarse la confianza de las familias –explica él–. Si el médico les pregunta “¿cómo estás?”, responderán siempre “bien”. Pero si sienten que nos preocupamos por ellas nos contarán cómo están de verdad.
La difícil misión de los animadores de MSF es cambiar los hábitos arraigados en la población.
Para Oumarou, lo importante no son los libros sino las personas. Y en su trabajo conoce a muchas. “Todo lo que escribo, historia o poema, es un grito humanitario. Escribo sobre gente que sufre, y trabajo con gente que sufre”. Le interesa que la gente hable. Es la clave de su vida: “Todo lo que hago tiene que ver con las palabras. Ellas son nuestros vínculos con la sociedad”.
El escritor más pequeño del mundo, en su mundo, es el más grande”.
No hacen falta grandes cosas para cambiar nuestro día a día. La falta de medios se suple con exceso de imaginación. Y con ilusión. No hacen falta más máquinas, ni siquiera dinero. El deseo de una persona basta para marcar la diferencia.
Feliz miércoles
Gabi
Pd: A Jesús.