Cuando ingresamos a un paciente en una de nuestras Unidades de Cuidados Intensivos, en la mayoría de los casos, nuestro objetivo principal es que sobreviva.  Es algo casi intuitivo para un intensivista, sobre todo en los primeros momentos tras el ingreso.

 

Posteriormente, nos vamos proponiendo otros objetivos y metas, en función de la patología que tratemos, y es el momento en el que nos planteamos: que sobreviva a la UCI, sí, pero… ¿cómo?.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un tipo de trastorno de ansiedad. Se presenta tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático, en el que se experimenta una amenaza excepcional para la vida.
En este trastorno, se desarrollan pensamientos relacionados con la vivencia y con sus consecuencias, a los que se les da mucha importancia, aumentando el grado de estrés y de agotamiento, tanto emocional como físico, así como de inseguridad, el mundo se percibe como un entorno altamente peligroso, perpetuándose la espiral de angustia y estrés.
El alta de UCI es considerado un éxito para el equipo asistencial, pero no siempre es percibido como algo positivo “al otro lado del pijama”: puede provocar temor, tanto en el enfermo como en su familia, generándose un sentimiento de desamparo y de pérdida de seguridad, y dando lugar de nuevo a una respuesta de estrés y confusión perpetuando el agotamiento físico y emocional.
Sobrevivir a la UCI, en ocasiones supone un tremendo reto para los pacientes, y un importantísimo cambio con respecto a su vida previa. El TEPT es una secuela que puede impedir el objetivo por el que tanto hemos trabajado: Devolver al paciente a su vida previa…
En la UCI del Hospital Infanta Margarita hemos trabajado un protocolo de prevención del TEPT:
Espero que pueda serviros de ayuda.
María Rojas
Médico Intensivista.