Y en el reloj de antaño como de año en año, cinco minutos más para la cuenta atrás… “. Como decía Mecano en la canción que dentro de poco todos cantaremos, hoy quiero hacer balance del año y echar la vista atrás para ver el estado de la arquitectura e infraestructura humanizada en la sanidad. ¡Pinta bien!.

Cada vez son más las empresas que investigan y desarrollan nuevos y mejorados productos como los sistemas de iluminación, dónde la iluminación LED que simula el ritmo circadiano cada vez es mejor, más real y fácil de manejar por los usuarios.

Las empresas que desarrollan aparatos para medir y controlar el ruido, poco a poco van mejorando y discriminando entre el sonido ambiental y el ruido que de verdad molesta a los usuarios.

O el mobiliario, que empieza a ser más versátil, tiene más comodidades,  aplicaciones para los usuarios y además se está mejorando la estética, ergonomía, durabilidad y los acabados.

Respecto a los materiales,  tenemos los vinilos que cada vez nos ofrecen más y mejores soluciones con acabados más asépticos y resistentes para poder adaptarlos a las condiciones que una UCI requiere.

Materiales como revestimientos fenólicos bastante utilizados en los espacios sanitarios (fabricados por un núcleo de resinas con fibras celulósicas termoendurecibles con una alta densidad) que soportan muy bien la humedad, son paneles muy duros y resistentes, tienen buena reacción al fuego, resistencia a la flexión en tracción, estabilidad dimensional y proporcionan durabilidad.

A la mejora de las características técnicas se suman mejoras en el diseño a través de los colores y acabados en sus catálogos, gracias a ello nos permiten huir de la tradicional estética hospitalaria.

Otro material que está evolucionando mucho son los revestimientos cerámicos, que además de ser estéticos permiten reducir la contaminación ambiental, poseen propiedades autolimpiables, bactericidas y de eliminación de malos olores. La sostenibilidad es otro factor que estamos empezando a incluir y cuidar en los proyectos.

Cada vez estamos más concienciados de la importancia de diseñar espacios humanizados, en los que combinamos la tecnología, innovación, diseño, ergonomia, seguridad, sostenibilidad y el cuidado de lo invisible.

Pero de nada sirve que tengamos materiales fantásticos, que las empresas estén en continuo desarrollo para ofrecernos las mejores soluciones, que los profesionales sanitarios cada vez estén más concienciados de la necesidad de humanizar los espacios y  que haya profesionales que estamos investigando para mejorar la infraestructura si no se corresponde con un esfuerzo en la inversión para llevarlo a cabo.

Está demostrado que el diseño y la arquitectura tienen un impacto positivo e importante en el proceso de curación, en el proceso de acompañamiento de las familias y en la satisfacción y seguridad en el trabajo del personal sanitario.

Por lo que mi balance, es que nos falta un elemento importante: inversión. Si no hay inversión no sirve de nada la investigación, el desarrollo, el trabajo y dedicación de muchas personas, como el plan de humanización para la Comunidad de Madrid que ha coordinado Proyecto HU-CI en 2016.

Seamos realistas, es una necesidad. Hay muchos centros que están obsoletos, otros que no son funcionales y en otros casos se ponen parches en los que no se mejoran las unidades y se malgastan los recursos. ¿En qué clase de hospitales queremos estar?. ¿Qué hospitales merecemos como pacientes, familias y profesionales?.

Desde aquí, animo a responsables políticos, gerencias, comunidades o iniciativas privadas a invertir. Porque desde el primer momento la inversión se amortiza con creces. Inversión para poder terminar proyectos que están en marcha y para que se puedan poner en marcha proyectos muy necesarios.

¡Ojalá que el 2018 sea el año de la H-inversión!

Saludos y felices fiestas!

Por Mónica Ferrero