Hemos hecho alusión en otras ocasiones a una revisión sistemática publicada en el BMJ en la que venían a decir que no existen evidencias solidas que puedan justificar la eficacia de los paracaídas en la prevención de un daño severo al tirarse desde un avión. Y  viene al caso la reflexión en relación con la reciente publicación de otra RS, en Critical Care Medicine, en la que comparan la visita flexible y restrictiva.

Concluyen los autores que la visita flexible afecta positivamente a los pacientes, puesto que se asocia a disminución en la incidencia de delirio, disminución de los síntomas de ansiedad, no se relaciona con incremento en el riesgo de muerte ni en aumento de infecciones. Y tampoco repercute en un incremento de la estancia en la UCI. Para los familiares, los principales beneficios que ponen de manifiesto los autores tienen que ver  con un incremento de su satisfacción.

Afirman que, sin embargo, para los profesionales, las políticas de visitas flexibles se asociaron con un nivel más elevado de burnout. Esta afirmación puede ser preocupante, y a la vez servir de excusa perfecta para aquellos que se quedan con este efecto únicamente, obviando los ya expuestos en pacientes y familiares. Preocupa menos cuando nos vamos al único artículo original en el que basan esa afirmación (en este aspecto es una revisión sistemática de un único artículo). Si lo leemos bien, observamos que lo que dicen en realidad los autores originales, es que la flexibilización de las visitas puede provocar un pequeño pero significativo “psychological distress” en particular, en el grupo de enfermeras que ya poseían un elevado grado de Burnout.

Y continúan diciendo luego, que los profesionales valoran positivamente esa apertura, continuando con esa misma valoración un año después del cambio.

Estas afirmaciones van en consonancia con la necesidad, también propuesta en la bibliografía, de acompañar cualquier cambio, de una evaluación y adecuación de las condiciones en la que los profesionales desarrollan su labor; así como de una reflexión y preparación específica para acometer los cambios que pueden derivarse de cualquier modificación en la práctica habitual. Probablemente, ese aumento de estrés en enfermeras con elevados niveles de burnout se producirá igualmente ante cualquier otro cambio propuesto. Puede, por tanto, que el problema en esos casos sea doble: la falta de atención a las causas que han generado esa situación en los profesionales y las consecuencias que la ausencia de abordaje propicia.

En la infructuosa revisión de los paracaídas, venían a proponer los revisores que los fanáticos de la Medicina Basada en la Evidencia (mal entendida si sólo considera los ensayos controlados aleatorizados)  participaran en un ensayo con placebo, aleatorio y doble ciego, que nos proporcionara evidencias directas sobre si seguir recomendando su uso o no.

Podríamos hacer una recomendación parecida para aquellos que se siguen empeñando en la necesidad de más “evidencias” para lanzarse al cambio hacia una mayor flexibilización, en pro de favorecer el acompañamiento familiar, pero no nos parecería ético ni se lo deseamos a nadie.

Una vez más os proponemos emprender una reflexión en este sentido que concluya en una mayor apertura de todas las unidades. Bienvenidas sean todas las evidencias que nos ayuden a abrir las puertas y las mentes. Ese es nuestro objetivo en #UCIabiertas2020.

Por José Manuel Velasco