El pasado mes de octubre tuve la ocasión de acudir con Ángela Alonso al VII Johns Hopkins Critical Care Rehabilitation Conference, representando al Proyecto HU-CI y a nuestros respectivos hospitales.

En futuros post podremos valorar las peculiaridades de uno de los hospitales más famosos del mundo, donde nació la Bacteriemia Zero o la famosa expresión “hacer la ronda”, algo que nos enseñó Todd Dorman, buen amigo desde hace ya tiempo, intensivista y Dean de docencia de dicho hospital, así como ex presidente de la SCCM.

Podríamos decir que el futuro es la rehabilitación precoz del paciente crítico, ¿o quizás el presente? Así lo pudimos palpar en el congreso, desde los cursos previos, hasta las conferencias a las que asistimos… pasando por las comunicaciones orales y los posters. Desde el principio asistimos a ponencias en las que nos mostraron los diferentes protocolos de movilización precoz del paciente crítico en diferentes hospitales, aunque principalmente en el Johns Hopkins.

Se habló de la debilidad adquirida en la UCI, el rol de la sedación y la analgesia, los cambios necesarios en la cultura, el rol de la enfermería (me encantó el concepto “Champion nurses”), de los médicos, rehabilitadores, psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, terapeutas respiratorios… todo un compendio de especialistas y protocolos destinados a una movilización precoz del paciente crítico, más todavía si se encuentra conectado a ventilación mecánica.

Asistimos a ponencias y debates sobre el Síndrome post Cuidados Intensivos, sobre cómo medir la funcionalidad, cómo avanzar en la movilización, como implicar a la familia, el uso de los diarios de la UCI, los nuevos descubrimientos sobre el delirium… toda una amalgama de presente y futuro.

Revisando literatura, hoy estuve leyendo un artículo publicado en el año 2009 en The Lancet, titulado: Early physical and occupational therapy in mechanically ventilated, critically ill patients: a randomised controlled trialWilliam D. Schweickert ya hablaba claramente sobre las ventajas de la movilización temprana para evitar las complicaciones asociadas a la propia enfermedad crítica.

En dicho estudio llevado a cabo en pacientes con ventilación mecánica en la UCI médica de dos hospitales, sobre el grupo de intervención se realizó una terapia precoz por medio de médicos y fisioterapeutas, con disminución de la sedación diaria, para poder realizar ejercicios y progresar desde una movilización pasiva de las extremidades, luego activa, luego irguiéndose en la cama… y así hasta ser capaces de caminar. Todo bajo un estricto protocolo que incluía las contraindicaciones para realizarlo como pudieran ser la inestabilidad hemodinámica o respiratoria.

El objetivo primario era el número de pacientes que regresarían a un estado funcional independiente, los secundarios: días sin delirium, sin ventilación y estancia en la UCI o en el hospital.

Los resultados mostraron, además de un buen perfil de seguridad, mejor funcionalidad de los pacientes tras el alta (capacidad de realizar 6 actividades comunes de la vida diaria y caminar solos), duración más corta del delirium y de los días de conexión a ventilación mecánica. Y la evaluación fue realizada por terapeutas que no conocían las intervenciones previamente realizadas.

Os invito, ahora que el Síndrome PostUCI ha adquirido la importancia que se merece y siendo su prevención parte del ideario del Proyecto HU-CI desde hace ya casi cinco años… a leer este artículo de hace ya casi diez (y también su bibliografía asociada, entre la que por ejemplo podemos encontrar los beneficios de la terapia pasiva en pacientes con bloqueo neuromuscular).

Creo que llevo unos años diciéndolo por esos mundos de Dios, y los que me conocen, ya me lo han oído varias veces… “El cuerpo humano, está diseñado para moverse”.

 Mucha H para todos.

Por José Carlos Igeño