A una semana de la vuelta de Perú, es tiempo de situar lo allí vivido en nuestra caja de recuerdos inolvidables.

Siempre es una grata experiencia encontrarte con gente en la que percibes interés y deseos de pararse, de pararse contigo y con tus historias. Personas que a priori generan unas expectativas de ese encuentro que hacen más interesante aún el mismo. Expectativas satisfechas con creces por nuestra parte, que ya ocupan un lugar en ese rinconcito de los buenos recuerdos.

Durante los pasados 30, 31 de marzo y 1 de abril se celebraba en Lima la I jornada internacional multidisciplinar de Humanización de los Cuidados Intensivos. En el auditorio principal del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva y su Capítulo de Enfermería habían organizado un gran programa centrado en la humanización de las UCI, que abarcaba casi todas las parcelas. Durante tres días intensos hablamos de bioética, de necesidades emocionales y psicológicas de pacientes y familiares; de flexibilización de horarios y experiencias de puertas abiertas. Hablamos de satisfacción de pacientes y familiares, de expectativas sobre la información, de movilización temprana y sus beneficios, de prevención del síndrome post cuidados intensivos, de bienestar del paciente y comunicación del equipo, de la muerte en la UCI y del duelo; de estructura, tecnología y también de espiritualidad. Un programa concentrado que obligaba a los asistentes a pasar casi doce horas diarias de encuentro reflexivo.

Nos han sorprendido muchas cosas, pero una de ellas ha sido la intensidad y el aprovechamiento de esas jornadas maratonianas en las que casi en todo momento se mantenía un aforo completo. Más de 450 personas inscritas que acudieron desde Lima y de otros lugares del Perú. En un momento difícil para desplazarse por el país por las recientes inundaciones que padecieron unos días antes, sorprendía oír el testimonio de algunos presentes que haciendo mil cábalas organizaron su asistencia. Ese interés se acompañaba de un deseo explícito de cargar sus mochilas de recursos que trasladar a sus centros. Médicos, enfermeras, técnicos (auxiliares), pero también psicólogos, fisioterapeutas, terapistas respiratorios y hasta personal de administración que junto a pacientes y familiares hemos compartido reflexiones y enriquecedores debates.

El primer día tuvimos la oportunidad de visitar una de las unidades del inmenso hospital. Y allí pudimos comprobar que, con aspectos que mejorar, el punto de partida en esta H-Evolución es de pole position. Y que se encuentran en una situación desde la que avanzar sin complejos en este proceso centrado en las personas. Espacios amplios con luz natural, terrazas y jardines abren numerosas posibilidades. Pero más aún, el hecho de contar en las unidades con equipos que incluyen a psicólogos y fisioterapeutas que además de su capacitación científico-técnica, aportan el interés que resaltábamos antes en trabajar hacia una UCI más amable.

 

Muy gratamente sorprendidos por la conexión establecida desde el principio y enormemente halagados por el trato, no podemos dejar de agradecer a los organizadores la oportunidad que nos han brindado de poder compartir experiencias e ilusiones. Y no citaremos a nadie porque correríamos el riesgo de dejarnos fuera a cualquiera de los más de cuatrocientos que allí nos hemos emocionado.

GRACIAS Perú. Hacéis historia. Juntos sumamos más.

José Manuel Velasco y Gabi Heras, en nombre del Proyecto HU-CI.