En 1988 se fusionan el Hospital Infantil Emma y el departamento de pediatría del Centro Médico Académico de Ámsterdam (Países Bajos). Con la integración del Emma Children’s Hospital y el departamento académico de pediatría, se estableció un hospital infantil académico (ECH/AMC) con todas las subespecialidades pediátricas incluyendo oncología, hematología/hemostasia pediátrica e inmunología. Hace unos años el centro decidió modernizar y ampliar la zona de cuidados.

Si tuviéramos que enfrentarnos a esta situación, la mayoría de nosotros nos plantearíamos un rediseño del espacio. Pero los arquitectos y diseñadores estudiaron las necesidades que se querían solventar con el nuevo proyecto y llegaron a la conclusión que para poder adaptarse y afrontar las necesidades actuales no era factible una reforma, habría que construir un nuevo edificio.

El principal reto al que se enfrentaron fue crear espacios personalizados para cada rango de edad, desde neonatos a adolescentes. Tendrían que diseñar diferentes entornos e instalaciones específicas para cada edad sin descuidar las necesidades de los padres y personal sanitario, por lo que el nuevo proyecto se ha desarrollado como una “Metamorfosis” que plantea tres conceptos primordiales: hogar, ciudad y mundo. Tres zonas de intimidad, comenzando por la privacidad y terminando en la sociedad. Desde la perspectiva del niño, estos conceptos se traducen como: yo, nosotros y ellos.

Para llevarlo a cabo se ha simulado una gran ciudad, y el elemento más importante es su calle principal que se ha llamado el ‘desfile’. Esta calle conecta todos los departamentos y conduce a los principales espacios públicos de una ciudad: la plaza, el zoológico, el parque, los campos de deportes, el teatro y por último a los espacios más privados, las habitaciones de los pacientes.

Esta compleja organización cuenta con zonas muy diferentes como espacios públicos, privados, comunes, de diferentes edades, etc. Por lo que cada estancia debe que tener una identidad estética individual y a su vez ha de integrarse en el conjunto global aportando coherencia al proyecto. Este reto tan difícil se ha materializado mediante el diseño interior y gráfico que ha proporcionado a cada estancia su propia personalidad.

El color es el hilo conductor y al que se ha recurrido para diferenciar las diferentes zonas y edades. Para ello se ha creado un esquema de color que va cambiando en cada área. Se pidió a artistas de todo el mundo que crearan ilustraciones para que encajaran con el diseño interior.

En las habitaciones hay toques de color, principalmente en el mobiliario para crear un ambiente más intimo y relajado mientras que en los espacios comunes el color es el protagonista, muy presente en los materiales, las ilustraciones y el mobiliario para crear espacios más estimulantes que favorezcan la socialización y el juego, espacios para desconectar.

Otro elemento clave en el diseño es la importancia de la luz, presente en todos los espacios. Todos los pasillos ofrecen vistas del exterior inundando la ciudad de luz natural y además todas las estancias tienen luz directa o indirecta.

Este proyecto nos plantea una cuestión muy importante. Hay muchos centros que se están quedando obsoletos ya que su infraestructura tiene mas de 30 años. La sociedad evoluciona, nuestras necesidades cambian y debemos adecuar nuestras infraestructuras (que están más que amortizadas) al nuevo cambio de paradigma. Evitemos los parches, seamos conscientes que en muchas ocasiones no basta con una reforma o cambiar unas sillas. Hay que partir de cero y diseñar de nuevo la infraestructura para poder crear un espacio humanizado que se adapte a las nuevas necesidades de pacientes, familias y personal sanitario.

La humanización ha llegado para quedarse y las infraestructuras deben diseñarse según sus investigaciones para que la humanización de la sanidad sea completa.

Saludos,

Mónica Ferrero