Desde hace quince días una neumonía le lleva a maltraer.
Época de comuniones y a su niña le toca.
Auxi. Cuarenta y dos años. Dos semanas que no ve a sus niños. El más chico de cinco años y su niña con todo preparado.
“Lo tuyo va mejor, pero de momento te quedas con nosotros”. 
A Auxi el mundo se le viene encima. 
Le cuento que acabo de estar en la entrega de unos premios, “Hospital Optimista”, y le entrego dos chapas con el símbolo de la organización.

“¿Crees que tus niños podrán venir a recogerlas?”. 
El rictus de su rostro se tornó, a semejanza de cómo un cielo cerrado de tempestad deja pasar los intensos rayos que penetran por los claros que abren las nubes cuando se inicia la calma, en toda la dicha que su postración le impedía tener.
“¿De verdad pueden venir?”. 
“Si, y si es posible antes de la Primera Comunión”.
La gestión de ese tiempo fue incronometrable para los relojes del alma. Es la primera vez que he visto un vestido de comunión con el emblema de “Hospital Optimista”. Además, el chiquitín nos regaló el dibujo que aparece en la foto; que parecido con la chapa ¿verdad?

Gracias.
Félix José Martín Gallardo.