La implementación, adaptabilidad y adecuación del Proyecto HU-CI en nuestra sala de cuidados intensivos,de complejidad  nivel 2 en la ciudad de Paraná, Entre Ríos (Argentina), nos ha proporcionado excelentes beneficios e interacción no sólo con la familia y/o paciente, si no también relación interpersonal. Durante un año de trabajo hemos crecido, gracias a la búsqueda de instrumentos capaces de llegar a ese objetivo importante y mágico que resulta ser la recuperación de pacientes en UCI producto de la familia como parte del cuidado.

Nos ayudó la actitud de CREER.

Comenzamos esta #benditalocura con la integración de la familia en forma simbólica mediante la elaboración un logo en forma de pirámide del equipo de trabajo del servicio que interrelaciona a los profesionales asistenciales, el paciente y la familia trabajando en forma conjunta con las diferentes disciplinas brindando cuidados eficientes.

Luego desarrollamos un sistema tecnológico para fomentar el lavado de manos en el cual, diferentes voces de la pirámide interpretan y graban un mensaje encontrándose así participación  y sentido de pertenencia para logran los primeros pasos de vínculo con la familia y mejoras en la comunicación.

También elaboramos una gacetilla informativa que evalúa sistemáticamente los elementos de la comunicación:  un mensaje objetivo claro por el emisor (nosotros) utilizando un mismo canal con un lenguaje coherente, comprensible y claro para los receptores (familiares) en forma escrita.

Además les brindamos a la carta una serie de preguntas imprescindibles para que sean utilizadas por la familia en  el momento del informe médico con el fin de aclarar y resolver dudas pensando siempre en el lema cuidar al cuidador, y la familia lo es.

La evaluación de la familia es importante, y para eso realizamos encuestas anónimas en búsqueda de datos subjetivos para la utilización de guías y metas posteriores. En ellas evaluamos el nivel cultural, parentesco en relación al paciente, el impacto de la religión para el fortalecimiento de la familia, creencia de la familia sobre la mortalidad de pacientes en UCI y también las respuestas de la familia a sumarse al equipo como parte del cuidado. Los resultados fueron muy alentadores ya que a pesar del bajo nivel cultural, el avance de la informática ha contribuido a que la familia puedan informarse no solo de la patología actual sino también conocer elementos posible sobre el tratamientos de su ser querido.

Otro dato fue que la familia reflejaba era la baja mortalidad: brindando un correcto mensaje nos espera una población llena de estímulos con ganas de sumar y adecuarse a la pirámide como parte del trabajo. El párroco nos ayuda a fortalecer este vínculo.

Todo el objetivo se ha conseguido gracias a la flexibilización de horarios de visitas (de un solo horario a tres), con lo que lo las familias están mañana, tarde y noche.

Nuestro próximo paso, de sala de espera a sala de estar: un lugar que merece condiciones óptimas con el fin que la familia está lista para ser parte del cuidado.

Por Malvina Díaz, Alejandra Ganfulgo y Sabrina Pizano