Escuchar el silencio del murmullo del agua, sentir la calma del paso del tiempo en las hojas de los árboles, observar cómo esa flor que ayer tan solo era un capullo hoy despliega sus pétalos para regalarnos un aroma que inunda con suavidad el jardín y nos permite saborear la naturaleza para sentirte como en casa.

Hasta hace un minuto vivías a través del estrés. Es impresionante la capacidad sanadora de este jardín que habita el hospital: acudes a él cuando tienes ocasión y si no es posible, te las ingenias para poder trabajar con vistas a él. Haces lo posible para que tus pacientes puedan disfrutarlo como parte de su recuperación, ellos también se refugian en él. Ves cada mañana como salen de sus camas para pasear, buscando ese contacto con la naturaleza que les acoge y acerca a su hogar.

Puede que seas la persona que acompañe a un familiar, el profesional del centro que sufre agotamiento emocional o un paciente que busca salir de su dolencia. A todos os ayuda a sobrellevar la dureza del día y os llena de ganas de continuar, notáis su capacidad de restauración. José Carlos Igeño Cano conoce esta experiencia de primera mano con sus #paseosquecuran y sabe que es muy necesario contar con un jardín adaptado para sus pacientes. Por ello en su unidad se creó un protocolo que puedes usar y compartir.

El poder regenerativo del jardín es sorprendente ¿verdad?. Pues tu sensación viene precedida de una amplia investigación. Entre 1972 y 1981 Roger S. Ulrich estudió a los pacientes de un hospital suburbano de Pensilvania y comprobó que los pacientes que pudieron disfrutar de unas vistas a la naturaleza, tuvieron una estancia en el hospital más corta, pues se recuperaron antes. Tras este estudio vinieron muchos otros de la mano de diferentes investigadores que fueron apoyando la teoría de la capacidad restaurativa de la naturaleza.

Un jardín en sí mismo puede resultar regenerativo, sin embargo es necesario que cuente con unas pautas de diseño específicas, adaptadas a su contexto y especialidad, que lo hagan accesible y que ofrezca diferentes oportunidades. No es lo mismo un jardín en un hospital infantil que en un centro de rehabilitación, hay matices a la hora de diseñarlos y vivenciarlos.

Un jardín que te cuida es un healing garden. Clair Cooper Marcus, investigadora pionera en el campo de paisajes curativos, sintetiza en 10 pautas las claves necesarias para diseñarlos. Los jardínes que curan han de contar con:

1. Oportunidades para el movimiento y ejercicio físico.

2. Oportunidades para tomar decisiones, buscar privacidad y sensación de control, pues cuando una persona ingresa en el hospital y se convierte en paciente, sufre una “pérdida de control” a todos los niveles.

3. Oportunidades para que tengan lugar experiencias sociales. Las personas con un gran apoyo social están menos estresadas que otras aisladas, mejoran la recuperación y los ratios de superviviencia.

4. Acceso a la naturaleza, pues nos atrae, despierta los sentidos, nos calma la mente, reduce el estrés y ayuda al organismo a reunir sus propios recursos de curación interna. El jardín tiene que poder usarse todo el año. Ha de proporcionar gran cantidad de vegetación sujeta a cambios estacionales.

5. Visibilidad, tiene que ser accesible desde la entrada y estar bien indicado, con un buen  wayfinding.

6. Accesibilidad, pues personas de todas la edades y habilidades han de poder entrar y moverse por el jardín de tal manera que las sillas de ruedas, camillas y andadores puedan recorrerlo.

7. Familiaridad, cuando te sientes estresado, buscas ambientes familiares que te reconforten.

8. Tranquilidad, en contraste con el ruido de las llamadas por megafonía, la televisión, carritos, aire acondicionado, tráfico, y otros elementos ruidosos.

9. Confort, pues los pacientes se sienten vulnerables. Tienen que poder cerrar los ojos y tumbarse al sol para echarse una siesta si quieren.

10. Representaciones de la naturaleza y fotografías de paisajes, agua o árboles para calmar la ansiedad.

¿Tu hospital tiene jardín? ¿Cómo es, cuenta con estas características? Adáptalo o construye uno, prueba, pacientes, familiares y profesionales lo agradeceréis.

Por Mónica García Fernández

Fotografía:

  • National AIDS Memorial Grove (Golden Gate Park, en San Francisco, California) | Autor: Runner1928 [CC BY-SA 3.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)]

Bibliografía:

  • Cooper Marcus, C. (2007). Healing Gardens in Hospitals. IDRP Interdisciplinary Design and Research E-Journal, Vol. I(Issue I), 27.
  • Cordoza, M., Ulrich, R. S., Manulik, B. J., Gardiner, S. K., Fitzpatrick, P. S., Hazen, T. M., Mirka, A., Perkins, R. S. (2018). Impact of Nurses Taking Daily Work Breaks in a Hospital Garden on Burnout. American Journal of Critical Care, 27(6), 508-512. https://doi.org/10.4037/ajcc2018131
  • Igeño-Cano, J. C. (2019). Beneficios de los paseos por jardines exteriores del hospital en el paciente crítico, familia y profesionales. #paseosquecuran. Medicina Intensiva. https://doi.org/10.1016/j.medin.2019.09.007
  • Ulrich, R. S. (1984). View Through a Window May Influence Recovery from Surgery. Science (New York, N.Y.), Vol. 224, 420-421. https://doi.org/10.1126/science.6143402
  • Ulrich, R. S., Cordoza, M., Gardiner, S. K., Manulik, B. J., Fitzpatrick, P. S., Hazen, T. M., & Perkins, R. S. (2019). ICU Patient Family Stress Recovery During Breaks in a Hospital Garden and Indoor Environments. HERD: Health Environments Research & Design Journal, 1937586719867157. https://doi.org/10.1177/1937586719867157