Hola a toda@, mis queridos canallas.
Hoy me toca dar las gracias al Dr. Alberto del Castillo, desde mi añorada UCI del Hospital de Son Llàtzer, por enviarme el artículo que os presento, publicado en febrero de 2014 en Critical Care Medicine, la revista oficial de la Sociedad Americana de Cuidados Intensivos (SCCM).
Sirva esta foto como homenaje y dadas nuestras preferencias futbolísticas no me he podido reprimir, ya que éramos conocidos como “Zipi y Zape” en Mallorca. Miles de gracias a los protagonistas Ismael y Mateo (¡¡yo veo mucho más feliz al rojiblanco!!).
En Investigating Conflict in ICUs—Is the Clinicians’ Perspective Enough?, la Dra.. Schuster (también es casualidad a 24 horas del Atlético-Barsa) y su equipo analizan la realidad de los conflictos que a veces ocurren entre profesionales y familias y sobre las tomas de decisiones sobre los pacientes. Investigan el grado de acuerdo entre los médicos y los miembros de las familias en relación a los conflictos en UCI y tratan de identificar predictores del conflicto entre los profesionales y los familiares
Realizan un estudio de cohorte prospectivo en 4 UCIs de San Francisco mediante el análisis de cuestionarios que abordaban las percepciones de los participantes sobre los conflictos, así como las preferencias de comunicación.
En un 63% de las ocasiones se detectó algún tipo de conflicto, siendo los facultativos los que percibían menores conflictos. El que las familias se sintieran discriminadas se asoció con mayor probabilidad de conflicto mientras que su grado de satisfacción hacía lo contrario.
Los autores concluyen que es frecuente el conflicto familiares-profesionales en UCI y que hay que desarrollar métodos para estudiar las fuentes de conflicto.
El equipo médico debería ser proactivo en la detección de conflictos sin resolver y debe involucrar a otros miembros del equipo: todos deberíamos participar en la evaluación del potencial conflicto, en su visión e identificación y debería verse como una oportunidad para abordar las preocupaciones de las familias y las del mismo equipo.
Asimismo se plantean: ¿hay que evitar todo tipo de conflictos? En la atención al paciente crítico son inevitables, y es probable que el reconocimiento y gestión del problema en concreto sea al menos igual de importante que el propio conflicto.
Es fundamental la calidad de la información y comunicación que realizamos. La empatía y poder dedicar tiempo a hablar con las familias, se ha asociado a mayor tasa de satisfacción familiar.
Interesante, muy interesante. ¿Qué os parece?
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