Poco se puede hacer para evitar el tremendo dolor que se siente por la pérdida del ser que más has querido, por la pérdida de un hijo que muere cuando debería empezar a vivir de verdad.
Poco se puede hacer para evitar la frustración de que tanta y tan dura lucha a lo largo de 20 años, no ha servido para nada, pero si algo puede mitigar este sufrimiento, es el apoyo recibido por familia y amigos a lo largo de todo este tiempo.

 

Este es el motivo de mi carta, agradecer a esa familia, que comenzó a formarse cuando nació Ismael hace 20 años, el personal sanitario del Hospital La Paz de Madrid, que junto a nosotros, han reído en los buenos momentos y llorado en los malos, dándonos un calor y un cariño que, solo es posible encontrar, como decía antes, en el entorno más íntimo de la familia y amigos.Una familia que durante este tiempo ha crecido, pues incluso las personas que por motivos laborales, jubilaciones etc, ya no estaban vinculadas a Ismael, han seguido apoyándonos en los momentos más duros, hasta hoy mismo, más allá de lo que a su responsabilidad les obliga.

Esta es nuestra Sanidad pública, seguramente mejorable, como todo, salvo en lo que se refiere a las personas que la componen, inmejorables en su vocación de servicio y preparación técnica.

A todos y a cada uno de ellos nuestro eterno agradecimiento, nuestro apoyo incondicional a su inmensa labor y nuestra admiración por su riqueza personal y entrega.

Un beso familia,
Ana Alonso y Alfonso Alonso