El nuevo hospital universitario Karolinska Solna (Estocolmo) está en la fase final de su construcción. Abrió sus puertas a los primeros pacientes en noviembre de 2016 y estará totalmente operativo en 2018.

Antes de comenzar a diseñar y construir este hospital, lo primero que se ha hecho ha sido preguntarse si el sistema actual funciona, por lo que para obtener respuesta se han visitado 20 de los mejores hospitales del mundo en los que han evaluado sus métodos de trabajo, diseño y organización. Con los resultados obtenidos se han determinado los objetivos y concepto del nuevo hospital en los que se da prioridad a la atención sanitaria, la investigación y la educación, la creación de ambientes humanos, la optimización y sostenibilidad de los recursos.

Lógico, ¿verdad?. Esta es la forma eficiente de plantear un proyecto y así lo hacemos en Proyecto HU-CI, ya que para nosotros no existe el “siempre se ha hecho así”. Sabemos que todo evoluciona y que tenemos que ser flexibles para adaptarnos a las nuevas tecnologías, tratamientos, a nuestras necesidades incluso a nuestra forma de comunicarnos y relacionarnos. Pensamos que esta es la única vía para desarrollar un proyecto de forma coherente y eficiente, de esta forma podemos optimizar las inversiones y alargar la vida útil y funcional de las infraestructuras, y para ello es necesario investigar.

Por ese motivo el KS ha diseñado el centro basándose en la premisa de poder adaptar la arquitectura a las necesidades actuales y futuras. La construcción se ha realizado por módulos para poder crecer de forma funcional y eficiente. Las instalaciones están preparadas para posibles cambios, incluso las fachadas pueden abrirse para facilitar el desplazamiento o instalación de dispositivos pesados, complementándose con una distribución muy organizada en la que se reducen los desplazamientos de los pacientes, las instalaciones son colaborativas y se prima la cercanía entre ellas.

Para completar la parte técnica, tecnológica y constructiva es clave la personalización de espacios, ya que hay que crear entornos amables para pacientes, familias y personal sanitario. Por ello ha dado mucha importancia a la luz natural, que está presente en todo el centro.

Los materiales que se han utilizado son piedra natural, vidrio, acero y madera, materiales que además de reflejar la arquitectura y cultura escandinava cumplen las exigencias medioambientales en la producción y sostenibilidad. Para dar calidez y carácter propio en cada área se ha recurrido al color, por ejemplo en las áreas de atención se van sucediendo los colores de las estaciones del año.

Otra iniciativa muy interesante para humanizar el KS es la fusión entre la neurociencia y las humanidades, para lo que han creado un programa de arte. La idea es integrar obras de todo tipo: pintura, escultura, objetos de diseño, etc. que interactuarán con la arquitectura y la decoración interior creando un entorno atractivo. Recientes estudios científicos han demostrado que el arte puede tener una influencia positiva en la rehabilitación y otros procesos de atención. Estas obras se distribuirán por todo el centro, en áreas de personal, zonas de cuidado, en accesos, en el exterior y en las salas de espera, que quizás habrían podido pensar como nuestras salas de estar.

Sin duda el KS es un gran proyecto en el que han creado un entorno óptimo en el que se fusiona el cuidado moderno, la investigación y la formación.

La humanización de los espacios engloba muchas disciplinas, técnicas, tecnologías, normativas…y a las personas, es importante ser flexible para ir fusionándolas todas en pro de la humanización.

¡Olvidemos el “siempre se ha hecho así”!

Saludos,

Mónica Ferrero