Estás exhausto, amigo.
Tu cuerpo muere por descansar.
Date por vencido.
Has querido venirte abajo por tanto tiempo.
Suelta tus defensas.
Sé transparente y auténtico.
Tu cinismo te ha venido protegiendo.
Tu miedo te ha sido sumamente útil.
Tus sueños de iluminación eran maravillosos sueños.
Sin embargo, ya no es necesario que sigas tratando de sostener-te.
Ríndete.
O simplemente deja de fingir que no sabes ‘cómo’ hacerlo.
Equivócate.
Equivócate.
La inmensidad te abrazará.
Sólo las ilusiones pueden desaparecer.
Entre más profundo se rompa tu corazón
Más amor será capaz de contener.
No me digas que no vales la pena.
No me digas que no estás hecho de estrellas.
– Jeff Foster

Gracias a Valentín Méndez por compartirlo.