“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”  Arquímides de Siracusa (s III A.C)

La situación que estamos viviendo actualmente ha dejado claro a la sociedad que la labor de los profesionales sanitarios es esencial, prioritaria.. y que si no apoyamos su trabajo con recursos y les protegemos, el sistema se viene abajo.

Aunque todo ésto se ha puesto de manifiesto por la pandemia, siempre ha sido igual de esencial y los profesionales de la salud ya estaban al límite soportando cargas de trabajo a veces inasumibles, teniendo que priorizar tareas para poder cubrir necesidades básicas y haciendo lo imposible por además proporcionar un trato humano atendiendo a los pacientes como un TODO: cuerpo, alma y mente.

Priorizar no es tan fácil cuando el recurso del tiempo escasea y sabiendo que es necesario cubrir aquellas necesidades básicas que el paciente, por el estado en que se encuentra, no es capaz de cubrirlas por sí mismo. No es sólo administrar fármacos, ni registrar e interpretar sus constantes continuamente monitorizadas, ni manejar recursos técnicos de soporte vital. No es sólo mantener con vida al paciente y lograr que supere el proceso agudo.

Los profesionales además trabajan para que cuando este proceso finalice, el paciente pueda recuperar su normalidad y logre ser de nuevo parte activa de su comunidad tanto personal, familiar y social asi como laboralmente. En su estado más crítico una persona sedada y con ventilación asistida necesita estar bien nutrida, eliminar residuos, evitar que su piel se lesione manteniéndola hidratada y evitando puntos de presión constante, una higiene exhaustiva, respetar su descanso que aunque sedado se necesita el respeto por los ritmos biológicos, evitando ruidos, cambiando la luz dependiendo del momento del día y por supuesto evitar los efectos de la inmovilidad. El ser humano está diseñado para moverse, y en estas situaciones no es tan fácil mover el cuerpo de una persona cuando su mente y su alma no participan. Todo queda en las manos de las personas que le cuidan y si no cuidamos de estas personas no podrán ofrecer todo lo que podrían aportar como si contaran con un buen punto de apoyo. Ya lo decía Arquímides en el S III a.c “ Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, no es nada nuevo.

Recientemente, nuestros colegas en el Reino Unido, Mary Muir y Mark Pinder, prepararon el artículo Movilisation of patients recovering from COVID para Clinical Services Journal. El artículo se centró en la movilización de pacientes que se recuperan de COVID-19, ofreciendo una visión de las mejores prácticas y tecnologías, conocimientos y habilidades que pueden ayudar para garantizar que el paciente se movilice lo antes posible, a menudo y de forma segura y óptima tanto para el paciente como para el personal sanitario ayudando a mejorar los resultados, la calidad de vida y a maximizar la eficiencia.

Con los recursos técnicos apropiados, y cuidando de nuestros profesionales sanitarios que tienen una formación excelente y la motivación de quien trabaja ofreciendo su vida al servicio de los demás sí se puede.

Podemos mover el mundo.

Por Verónica Aguilera