La tarea no es recordarlo todo sino recordar para actuar sobre el pasado.

La memoria es también posibilidad de libertad.

– Matías Marchant.

 

Abril de 2016, Boston, Massachusetts, Cardiac Intensive Care Unit del Brigham and Women´s Hospital:

– “Busco a la enfermera Sharon Levine, del proyecto de Diario de UCI. Soy Maria Varela, enfermera cardíaca de Santiago de Chile”.

Así daré inicio a esta historia que une dos búsquedas, una profesional junto a la personal. Pero antes algo sobre mí.

En mi último año de colegio todavía no decidía qué profesión iba a elegir. Hasta ese entonces estudiaría Literatura, pero el fallecimiento de mi mentor hizo que cambiara de planes y la pregunta de mi mejor amiga fue el inicio de esta aventura: “¿Qué te gustaría hacer?”. Había leído un artículo acerca de “Médicos Sin Fronteras”, así que mi respuesta fue: “Ayudar a otros y ser Médico Sin Fronteras?”. Como podrán ver, no soy médico ni poetisa, pero a través de mi trabajo sí he podido ayudar a otros

En abril del 2016 me llevé un libro para el viaje titulado “El libro de vida: Un lugar para la memoria”. Escrito por el psicólogo Matías Marchant, relata la creación de un libro para niños institucionalizados como parte de su proceso de reparación en cuanto a la pérdida de su historia personal. Entre sus páginas pude descubrir lo qué sucede cuando a alguien le es arrebatada una parte de su historia. Al mismo tiempo pude descubrir que la metodología de trabajo que había realizado la enfermera de Boston con pacientes que habían estado bajo sedación y ventilación, para prevención del Síndrome Post UCI, era similar a la de Marchant: escribir un libro, con uso de fotografías, para la reconstrucción de ese espacio temporal y físico que luego se vuelve borroso o lleno de construcciones lejanas de la realidad. He sido enfermera durante casi 11 años de mi vida, también he sido familiar de pacientes, pero nunca había estado en la UCI; ¿Cómo era posible que entendiera perfectamente lo que experimentaban esos pacientes reconstruyendo su memoria?

A los 10 días de vida llegué a los brazos de mis padres, porque fui dada en adopción. El amor y gratitud hacia mis padres es irremplazable, pero algo que muchas veces no es fácil explicar sucede cuando una parte de la propia historia se extravía. Yo estaba en ese proceso de búsqueda de orígenes cuando fui a buscar a esa enfermera en Boston y nunca imaginé lo que ahí sucedería. Hablar con Sharon sobre su trabajo me inspiró tanto que cuando hablé con mi jefatura médica quiso hacer de esto un proyecto de investigación para nuestra unidad. Así se inician meses de estudio, trabajo, emails, diseño de folletos junto a mi mejor amiga (sí, la misma de la pregunta en el colegio) hasta el día que me contesta la enfermera Christina Jones con el contacto de un enfermero que lleva desarrollando Diarios de UCI desde los años noventa en Suecia: Carl Bäckman.

Gracias a su apoyo y el de muchas personas pude postular a una pasantía en Suecia e Inglaterra para aprender e implementar los Diarios de UCI por primera vez en español, en Chile. Aprendí que escribir también es construir realidad y esperanza en el proceso de rehabilitación post UCI. Y ser testigo de esa narrativa personal y colectiva, construyendo con miras hacia el futuro, me hace valorar hoy, más que nunca, poder trabajar uniendo dos de mis grandes pasiones en la vida, la enfermería y la narrativa.

Hoy puedo decirles que trabajo por esa Narrativa Sin Fronteras.

Por María Loreto Varela