Durante los últimos tiempos, los periódicos nacionales e internacionales se van haciendo eco de las visitas y la terapia asistida por animales(TAA) que se están implementando en los diferentes hospitales.

Así, se podía leer un artículo en La Voz de Argentina hace un par de días, donde se hace un repaso de la situación en España tras la reciente incorporación del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles.

Desde que el Hospital San Joan de Deu fuera el primero en romper la barrera en 2009 y establecer un programa en 2012, diferentes hospitales se han ido sumando a esta iniciativa con resultados excelentes en diferentes ámbitos.

En el Hospital Universitario de Torrejón, el servicio de Psiquiatría implementó la TAA en 2012 y ha conseguido reducir la medicación contra la depresión un 60% y que aumentaran las consultas de pacientes con esquizofrenia en un 80%.

Gipsy Cannis, Perros Azules y el Hospital Universitario Gregorio Marañón iniciaron su andadura juntos en la Feria canina Gipsy Cannis 2015, con el programa Sonrisas Perrunas, introduciendo la TAA en oncología infantil.

Desde Julio de 2016, el Hospital de Guadarrama y CITA Terapias y Animales participan  en el servicio de Intervención Canina de la Comunidad de Madrid. Una iniciativa para llevar a perros de terapia a centros educativos, hospitales y residencias de mayores con el objeto de dar apoyo, cariño y atención a las personas que permanecen en esos centros sin sustituir los tratamientos o terapias convencionales que reciben habitualmente.

La UCI del Hospital Moises Broggi de Sant Joan Despí­ puso en marcha el Proyecto HUCI-CO  tras juntar los #paseosquecuran con las visitas de los animales al hospital a raíz de la experiencia con un paciente al que no podí­an retirar la ventilación mecánica. En 10 días salió de la UCI.

Los penúltimos en sumarse a la TAA este verano han sido los compañeros del Hospital de Can Misses de Ibiza con Dogspital: todos los pacientes ingresados pueden solicitar que su mascota les visite. Desde ese momento, se pone en marcha un dispositivo en el que colaboran los médicos (que deben autorizar el encuentro), los veterinarios (que se aseguran de que el animal tenga las vacunas y esté desaparasitado) y el educador canino (que comprueba el estado anímico y la educaciónn del animal). Si todo está correcto, paciente y perro pueden encontrarse en un plazo de tres días, tiempo necesario para asegurarse de que la desparasitación interna y externa es efectiva.

Y conmovedoras fueron las historias de Elda o Vinalopó en Alicante.

Desde Proyecto HU-CI, agradecemos a todos ellos la implementación de las respectivas iniciativas e invitamos a todos a replicarlas por toda España y por todo el mundo. Lo que pudiera parecer una locura, ya es una realidad y ha venido para quedarse. Solo tienes que probar.

#benditalocura.