Cuando era residente de Medicina Intensiva, ya a punto de terminar la especialidad, tuve el honor de pronunciar el discurso de despedida de los cinco años de mi promoción.
Hace poco encontré aquel discurso. Terminando ya, decía algo así:
“… Aprendimos que nuestros pacientes dependen de nosotros, y nuestra obligación y vocación es no defraudarles. Están en nuestras manos, confían en nosotros, y con esta profesión hemos firmado un contrato no escrito que nos hipoteca de por vida para cuidar de ellos. Tenemos la profesión más bonita del mundo… Curar personas… Cuidar de personas… Ciencia y arte. Pero tengamos claro que nosotros, también somos personas. Y por lo tanto también tenemos que ser cuidados. Y que para que podamos hacer bien nuestro trabajo, necesitamos ser felices. Sintiéndonos queridos, valorados, y respetados…”
Proyecto HU-CI está centrado en las personas: Pacientes, Familias y Profesionales. De hecho, una de las líneas de trabajo es la de los Cuidados al profesional. Recuperar las vocaciones, remotivar a los profesionales, prevenir el Síndrome de Burn-Out al que estamos tan expuestos, sobre todo en áreas como los Cuidados Intensivos o las Urgencias.
El Dr. José Manuel Gómez García, experto en Burn-Out, nos dice en el Plan de Humanización de las Unidades de Cuidados Intensivos de la Comunidad de Madrid, que la Sociedad y las organizaciones tienen el deber moral, el imperativo ético y la obligación legal de “cuidar a sus cuidadores”, los cuales están expuestos a importantes cargas físicas emocionales y psicológicas derivadas de su dedicación y esfuerzo.
En las pasadas Jornadas de Humanización de Barcelona (#2JHUCI), Marisol Martínez, enfermera de la UCI de Trauma del Hospital 12 de Octubre, nos deleitaba con una conferencia titulada “Yoga y Mindfulness en la UCI”.
Lo importante de todo esto no es poner remedio al problema (que también lo es)… Lo verdaderamente importante, es poner los medios para prevenir su aparición… ¡Que no suceda!.
El pasado 28 de junio, en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba, organizamos la Jornada “Cuidando de los que Cuidan”, invitando al personal sanitario de toda la provincia de Córdoba. Buscando despertar conciencias sobre algo que se encuentra dormitando… Y haciéndolo con algo fuera de lo común… Buscando modernidad, actualización y tendencia (curioso decir esto sobre una práctica milenaria como la Conciencia Plena).
En ella, tras contar a los asistentes nuestra idea sobre “El Cuidado de lo invisible”, Samuel López de la Iglesia, experto en Mindfulness y Desarrollo Personal, impartió una Masterclasss destinada a enseñar la manera en que el Mindfulness podía ayudar a prevenir el Burn-Out del personal sanitario.
Fue un placer observar a aquellas personas venidas de toda la provincia, de Hospitales, Centros de Salud, organismos oficiales, y privados, incluso pacientes… Cerrar los ojos y seguir las instrucciones de Samuel con el mar sonando al fondo… Escuchar el silencio… Y más placer todavía que la gente al marcharse nos dijera que se habían quedado con ganas de más.
¿Para cuando una sala de relax, de meditación, de evasión…? ¿Para cuando un profesional que ayude a la gestión de las emociones? ¿A la detección del riesgo de desgaste? ¿A su prevención? ¿Para cuándo una palmada en la espalda? ¿Un reconocimiento en voz alta? ¿Un qué tal estás? ¿Un dime qué crees que debemos cambiar? ¿Un día de regalo? ¿Promoción de actividades sobre el Desarrollo personal y la felicidad en grupo y fuera del Hospital?. Yo lo tengo… Pero tenemos que tenerlo todos.
Demuéstrame que me quieres… Y te daré el mundo.
Jefe de Servicio de Medicina Intensiva y Urgencias
Miembro del Proyecto HU-CI
José Carlos, suscribo cada punto y cada coma de tu post. Creo que ocuparnos de los aspectos bio-psico-sociales del profesional sanitario es el siguiente gran paso en el proyecto de Humanización.
Existe un cierto abandono del cuidado al profesional, y nos hemos convertido, con el paso del tiempo, en autogestores de nuestras emociones, frustraciones, descontentos, angustias, y miedos. Existe una clara despreocupación por parte de la sociedad y de las instituciones de estos aspectos, vamos cargando en nuestra mochila pequeñas piedrecillas, y hemos aprendido a soportarlas, intentar superarlas y a recovertirlas, desgraciadamente, en piedras arrojadizas contra el sistema, los compañeros, los pacientes y sus familias. Nosotros también podemos ser víctimas, y necesitamos cuidado, empezando por nosotros mismos, pero con el apoyo de todos los implicados en el universo de la asistencia sanitaria.
Bajo la capa de descontento, formada por los malos contratos, los sueldos insuficientes, las horas excesivas, las guardias, la falta de reconocimiento, la ausencia de participación, la presión asistencial, las angustias vitales, y un largo etcétera, se esconde, resplandeciente, nuestra verdadera piel: nuestra vocación. De todos depende que vuelva a lucir y a brillar con toda su intensidad.
Lo que realmente motiva al profesional es la sensación de que su trabajo tiene sentido, está bien hecho y es útil para los pacientes. Trabajemos juntos, y de verdad, en remotivar a unos profesionales que se encuentran perdidos, o al borde del abismo, porque sin duda, ganaremos todos.
José Manuel Gómez
Buenas tardes a tod@s.
Me parece dar pie a una excelente reflexión, querido José Carlos, partir de la premisa afectiva de “demuéstrame que me quieres” para desarrollar una línea argumental de “cuidando de los que cuídan”.
Acabo de leer un libro muy interesante de una persona también muy interesante. “Yo decido” de José Luís Bimbela Pedrosa.
Reivindica el “self counseling”, que define como: “un conjunto de habilidades para la relación con uno mismo y con los demás” con el loable fin de obtener “mi felicidad y el bienestar y la felicidad del otro”.
Y su base se sustenta en el respeto mutuo y la confianza. Una forma distinta, más saludable, de vivir. No hay pastillas para el dolor emocional o el malestar social, por lo que presenta unas “Tablas de Gimnasia” (emocional, social y motivacional).
La virtud, la felicidad, ha de crearse desde el hábito, lo que Aristóteles denomina areté (αρετή), y ésta, salvo que se dicte desde la imposición, tiene consideración de personal y por ello, autogestionable. La vida no es mas que eso, saber gestionar los haberes y los deberes, actuando en consecuencia y en consecución de fines para los que nos preparamos.
Reuniones como la del 28 de Junio muestran que son muchos los dispuestos a tomar en serio sus vidas, aprendiendo a autogestionarse.
Para quien decido si no se decidir para mi; y si aún decidiendo no se si he decidido también para mi.
Gracias.
Félix José Martín Gallardo.
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swx20088@gmail.com
Hola a tod@s!.
Sin lugar a duda es evidente la necesidad cada vez más extensa de cuidar al cuidador. Y quisiera señalar que aunque para llevar a cabo este objetivo desde sistemas sanitarios como el nuestro, no debemos olvidar que está formado por personas, esas personas que a la vez que tienen necesidades en gestión emocional tienen o tenemos responsabilidades con nosotr@s mism@s y nuestra manera de autogestionarnos, de querernos, de autoconocernos, de liderar nuestras propias vidas … como para ser conscientes de estas necesidades que se relata en el post de Jose Carlos. Sin nuestra voluntad para tomar acción hacia un cambio es complicado llevar a cabo ningún plan instaurado en un sistema. Porque aunque sabemos que la gran mayoría de nosotros como profesionales del ámbito de la salud queremos un cambio, no todos quieren cambiar.
Este es el gran reto! Y es un reto de tod@s!