La quinta línea del Plan de Humanización de Proyecto HU-CI se centra en el cuidado al profesional de las Unidades de Cuidados Intensivos. La primera ola de la pandemia COVID-19 arrasó estas unidades como todos ya conocemos, inundando a los profesionales con una situación emocional difícil de gestionar y que la bibliografía actual está relacionando con importantes situaciones de estrés y problemas emocionales (1). Junto a otras iniciativas de soporte emocional que se pusieron en marcha en nuestro país desde Colegios Oficiales de la Psicología, Servicios de Salud Mental, Fundaciones, etc., Proyecto HU-CI decidió sumar su granito de arena con una intervención dirigida a las necesidades específicas de las UCI.

Desarrollamos así un proyecto de intervención de psicología de crisis y emergencia en las UCI de 16 hospitales de Madrid, Cataluña y Castilla La Mancha durante la primera ola de la pandemia. El proyecto contó con el aval científico de las sociedades nacionales y regionales de medicina y enfermería intensiva y obtuvo el dictamen favorable del Comité de Ética e Investigación.  Fruto de ese trabajo se acaba de publicar en Journal of Clinical Nursing un artículo que sintetiza dicha intervención (2).

En la publicación se describen sus fases, que comenzaron en marzo del 2020 con el diseño de la intervención, recogida de fondos para el pago del trabajo de los profesionales de la psicología (obteniéndose la colaboración de la Fundación REALE Seguros, AstraZeneca, MSD y MyInvestor), difusión del proyecto en nuestras redes sociales y contactos con responsables de los hospitales participantes. Con la participación de los Colegios Oficiales de la Psicología se seleccionaron 18 psicólogos, clínicos y sanitarios, especialistas en intervención en crisis-emergencia, con formación y experiencia acreditada en la misma.

La intervención se implementó adaptándose al tamaño, turnos, demandas y necesidades específicas de cada centro, pero en todos ellos siguió dos líneas de acción: intervención presencial (para brindar atención psicológica individualizada, realización de grupos de soporte con los profesionales e intervención ante incidentes críticos) e intervención en línea o telepsicología (por teléfono o videollamada).

Los objetivos fueron los propios de este tipo de intervenciones en crisis: actuar de modo preventivo y proactivo para facilitar el bienestar de las personas, acercar la intervención al contexto donde se vive la situación e informar y normalizar la sintomatología física y emocional asociada a la situación crítica (tanto presente, como futura), aportar pautas y técnicas de carácter preventivo, identificar y facilitar la gestión de conflictos derivados de la situación y necesidades de derivación a salud mental, fomentar la comunicación y cohesión grupal en el equipo de intervinientes, proporcionar un espacio “libre de estrés”, identificar y fortalecer los propios recursos de afrontamiento y de autocuidado, así como reconocer el esfuerzo y labor desempeñada.

En total se realizaron 553 intervenciones (361 individuales y 192 grupales) en las que participaron profesionales sanitarios y no sanitarios (celadores, personal de limpieza y estudiantes) de primera línea, que desarrollaron su actividad profesional en estas unidades durante la primera ola de la pandemia COVID-19. El estudio retrospectivo que presentamos en la publicación incluye un análisis cualitativo de contenido manifiesto a través de los informes asistenciales elaborados por los psicólogos en sus intervenciones (codificados para respetar el anonimato de los participantes), y el análisis cuantitativo de la encuesta de satisfacción “ad-hoc” que se realizó con el objetivo de controlar la calidad del programa.

El análisis cualitativo aporta cuatro categorías descriptivas de lo vivido: 1-Desequilibrio entre demandas y recursos laborales, 2-Respuestas de estrés agudo, 3-Consecuencias personales y profesionales y 4-Factores de protección.

Analizamos estos resultados a través del Modelo de Demandas – Recursos Laborales (3-4), que es uno de los principales marcos teóricos explicativos del proceso de estrés laboral y a través  de la propuesta del estudio y afrontamiento del estrés multinivel y transnivel de Peiró (5-6), que  considera el estrés laboral también como fenómeno colectivo (donde los profesionales comparten las vivencias, aspectos estructurales que afectan a esas experiencias, fuentes de estrés grupales y estrategias de afrontamiento). En función de estos marcos explicativos podemos observar que las demandas generadas por la pandemia en el trabajo en UCI para las que se han carecido de suficientes recursos materiales, humanos y de soporte organizacional se relacionan directamente con la descripción de respuestas de estrés agudo emocionales, cognitivas, conductuales y con experiencias disociativas. Estas circunstancias afectan tanto al bienestar individual como al laboral, llegando algunos profesionales a plantearse la posibilidad de abandonar la profesión. Por otro lado, también se identifican factores de protección, el principal la cohesión grupal y el equipo de trabajo como contexto donde poder compartir emociones y vivencias sintiéndose comprendidos. Los principales recursos de afrontamiento identificados para esta situación de estrés colectivo fueron el soporte entre compañeros, el sentido del humor y el aprendizaje compartido. Tal y como afirma Peiró, las estrategias colectivas, que siguen criterios y objetivos compartidos, serán especialmente efectivas en el afrontamiento de las vivencias comunes de estrés y esto se hace especialmente patente en una situación como la vivida y en un servicio como las UCI, donde el trabajo en equipo e interdisciplinar forma parte del día a día.

Respecto a los datos cualitativos, la media en satisfacción general con la intervención fue superior a 8 sobre 10. mostrando un especial reconocimiento hacia los profesionales de la psicología que lo han llevado a cabo (con una valoración de 9,26 sobre 10). Como resultado de todo ello, el 96,2% de los participantes recomendaría este tipo de intervención.

Los resultados de este estudio han evidenciado que la intervención de soporte emocional a los profesionales sanitarios de UCI se consideró facilitadora del afrontamiento de la situación crítica a la que estaban expuestos. Por otro lado, se hacen patentes dos realidades que deberían reflexionarse y abordarse: la necesidad de crear una especialidad de enfermería de cuidados críticos que permita disponer de un mayor número de enfermeras especialistas capacitadas para la atención al paciente crítico, y por otra, la necesidad de incorporar psicólogos plenamente integrados en los equipos interdisciplinares de las UCI, elemento que coincide con una demanda generalizada en el Sistema Nacional de Salud español, donde esta pandemia ha mostrado los efectos de una carencia previa que deberá ser corregida tanto para el afrontamiento de esta crisis y como para el futuro.

Por Macarena Gálvez Herrer

Referencias

  1. Gold JA. Covid-19: adverse mental health outcomes for healthcare workers. BMJ. 2020;369: m1815. https://doi.org/10.1136/bmj.m1815
  2. Gálvez-Herrer M, Via-Clavero G, Ángel-Sesmero JA, Heras-La Calle G. Psychological crisis and emergency intervention for frontline critical care workers during the COVID-19 pandemic. J Clin Nurs 2021.  00, 1– 15. https://doi.org/10.1111/jocn.16050
  3. Demerouti E, Bakker AB, Nachreiner F, Schaufeli WB. The job demands-resources model of burnout. J Appl Psychology. 2001;86:499-512. https://doi.org/10.1037//0021-9010.86.3.499
  4. Bakker AB, Demerouti E. The job demands-resources model: State of the art. J Manag Psychol. 2007; 22:309-328. https://doi.org/10.1108/02683940710733115
  5. Peiró, J. M. Stressed teams in organizations. A multilevel approach to the study of stress in work units. In J. Pryce, C. Weilkert, & E. Torkelson (Eds.), Occupational health psychology: Europe 2001 (pp. 9e13). Nottingham: European Academy of Occupational Health.
  6. Rodríguez I, Wanda M, Peiró JM, Tordera N. Individual, co-active and collective coping and organizational stress: A longitudinal study. Eur Manag J. 2019;37(1):86-98. https://doi.org/10.1016/j.emj.2018.06.002