Arranca un nuevo curso con la noticia de que hace un mes, mi querido y admirado Albert Espinosa colocaba en la primera posición de su ranking a #EnPrimeraLínea. Pequeña gran alegría para mi, y grandes reflexiones sobre los pequeños detalles y la importancia de la previsión.

Y sí. Uno siente que en estos tiempos extraños ni lo uno ni lo otro mandan, no sólo a nivel comunitario sino a nivel individual.

Pareciera que no aprendimos nada del primer bofetón en España, cuando ya mismo se ve sobrevolar la mano de la madre Naturaleza sobre nuestras mejillas. Me cuesta mucho entenderlo, la verdad. En Febrero aún podríamos argumentar el factor sorpresa (obviando los mensajes que llegaban de China, claro), pero ahora no se me ocurren muchas excusas para no estar preparados.

Pequeños detalles que se han repetido como mantras en otros tiempos: la excelencia en la comunicación, el cuidado del cuidador, las familias dentro, facilitar el acompañamiento en el proceso de morir…Seguro que coinciden conmigo en que no son cosas pequeñas, sino de vital importancia. Pero quizás preferimos enfocarnos en otros temas que son capaces de mantenernos entretenidos: tratamientos que no han servido, vacunas que nos salvarán, cuánto tiempo tardarán en mandarme a mis hijas a casa cuando empiece el colegio o a quién nomino para poder celebrar aquella comida si somos once.

¿Qué es lo importante? Pregunta tan humana como la variedad de respuestas multicolores. Y que necesitaría que cada uno de nosotros le diésemos espacio a la reflexión.

Lo cierto es que cuando estás en una UCI mirando al techo, esas no-tan-pequeñas-cosas son las que todo el mundo quiere. Y es cuando la democracia de la enfermedad o la muerte nos iguala.

Agradecido a la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y de Unidades Coronarias (SEMICYUC) por haber invitado a varios miembros de Proyecto HU-CI a elaborar unas recomendaciones en Humanización de las Terapias Intensivas para esta segunda ronda del bicho, y que están disponibles para que todo el mundo pueda ser prevenido y enfocar en las no-tan-pequeñas-cosas.

Y que sirva para no volver a tropezar en las mismas piedras. Hay muchas cosas que nos cuesten comprender, como suele decir Albert “la vida nos cambió las preguntas”.

Pero de esto también va la vida, aventura maravillosa.

Muchas gracias Albert por tu pequeño detalle, te debo un cruasán.

Por Gabi Heras