Todos nos vamos a morir. Es una verdad. Quizás la única de la cual ninguno de nosotros puede escapar, como tampoco las personas a quienes queremos y con quienes trabajamos. Pese a ser una natural certeza, morir es algo de lo que nos cuesta hablar. Razones pueden ser muchas: el temor y la incertidumbre son algunas de ellas, como también la simple lejanía en la que este destino pareciera encontrarse.

En la formación de los profesionales de la salud, los esfuerzos están concentrados en diagnósticos, terapias, cuidados y pronósticos. Sin embargo, es interesante replantear cuál es el rol del equipo de salud y la familia en el ciclo vital de las personas a las que atendemos en terapia intensiva, ya que nos puede abrir una perspectiva radicalmente diferente sobre nuestro principal propósito y de qué manera entendemos la dignidad humana. Esclarecedor es ver la charla Ted titulada “Hablemos sobre la muerte”, de Peter Saul, que busca crear conciencia sobre el rol que cumplen los tratamientos en posponer la muerte.

A partir de esta realidad surgió una iniciativa que hoy corresponde a una franquicia social llamada “Death Cafe”, cuyo objetivo es “crear más conciencia de la muerte a fin de que las personas aprovechen lo mejor posible sus vidas (finitas)”. En 2016, el Proyecto Humanizando los Cuidados Intensivos se unió a la tarea, ayudando a promover y difundir la realización de estos encuentros a nivel internacional y de manera simultánea y masiva, logrando así un impacto a nivel local y regional tanto entre los participantes como por medio de las redes sociales con #hablemosdelamuerte.

Hasta ahora, todos quienes han sido anfitriones de “Death Café” han leído los recursos disponibles en inglés publicados en la web https://deathcafe.com/ para poder organizar y ejecutar el café de la muerte. En este contexto, Proyecto Mokita en Chile ha comenzado desde la sociedad civil a generar conversaciones sobre la muerte y, recientemente, acaba de publicar la guía para realizar tu propio un café de la muerte traducida al español (pincha para descargar).

La invitación es a utilizar este instrumento en los espacios hispanoparlantes, de manera de contribuir en la difusión de este movimiento social que pretende derribar los mitos sobre la muerte y naturalizar sus conversaciones. Con la caída de la barrera idiomática, miles podrán ahora acceder y atreverse a convocar a otros a perder el temor y comenzar a conversar libre y francamente.

¡Porque no hay tiempo que perder!

Por Jorge Browne, Angela Sanhueza, Matias Reeves y Verónica Rojas.