El concepto de humanización en el ámbito sanitario se utiliza de forma frecuente para referirse y visibilizar acciones que intentan poner el acento en la necesidad de generar ambientes agradables en la atención y el trato, así como reflexionar sobre los aspectos que deshumanizan, tomando como referencia habitualmente las propias experiencias personales. Estas ideas están muy en línea con la propia definición que hace la RAE sobre lo que es humanizar: “hacer humano, familiar, afable a alguien o algo”. Pero si profundizamos más en este concepto, puede objetivarse que se describe de múltiples y diferentes formas, sin dimensiones claramente definidas. Durante un estudio que se realizó en mi centro para desarrollar el plan de humanización de la unidad, al preguntar qué era humanizar la atención sanitaria, aparecían términos como “ayudar al otro”, “empatizar”, “tratar al paciente como quiero que me traten a mí”, “escuchar” etc. Si analizamos estas respuestas, lo que ponen de relieve, es que destacan la necesidad de incluir la perspectiva de los pacientes en su proceso de enfermedad, más allá de su atención puramente biologista.

En este sentido, José Carlos Bermejo, un referente en la humanización, realiza una exquisita definición sobre la misma, poniendo en valor la relación de ayuda, donde se integra la perspectiva y el respeto a la dignidad del paciente como un derecho. Por ende, hablar del respeto de la dignidad del ayudado, es hablar del respeto a los valores que percibe como peculiares e inalienables, que es lo que lo define como persona.

Gabriel Heras, creador del proyecto HU-CI y otros de los referentes en humanización, habla de la humanización como proceso para centrar toda la atención de la asistencia sanitaria en la dignidad de las personas que intervienen en ésta (pacientes, familiares/cuidadores, profesionales).

A estas ideas y conceptos, me parece interesante incorporar el abordaje sobre la humanización que se hace en la revisión sistemática de Bush et al., “Humanization of Care: Key Elements Identified by Patients, Caregivers, and Healthcare Providers. A Systematic Review”, porque sintetiza y estructura estas descripciones, ayudando a dimensionar y comprender la humanización. En la misma, sitúa el proceso de la atención humanizada en todos los actores de la atención y sus interacciones, diferenciando aspectos relacionales, organizativos y estructurales.

 

Con esta idea, los objetivos de esta revisión fueron identificar los elementos claves de la humanización de la atención desde la perspectiva de los actores de la atención sanitaria (pacientes, cuidadores y profesionales sanitarios) y evaluar las barreras y estrategias para su implementación.

De esta amplia e interesante revisión sistemática, me gustaría señalar, en el contexto de este análisis, cinco aspectos:

  • Uno. Los elementos claves identificados sobre la humanización de la asistencia, facilitan la comprensión y definición de la humanización, así como focos para la investigación práctica.

  • Dos. Muchas de las barreras que dificultan el proceso de humanización podrían desaparecer con un cambio de actitud personal y con un compromiso institucional para la adecuación de recursos humanos, materiales y estructurales.

  • Tres. Muchas de las estrategias para la humanización de la atención pasan por mejoras en la comunicación que facilite la comprensión y el encuentro entre pacientes, familiares y profesionales, así como la formación facilitada por las instituciones.

  • Cuatro. Existen diferencias entre los protagonistas de la atención sobre qué es la humanización y cómo implementarla.

  • Cinco. Se encontraron pocas estrategias de implementación (consultar las limitaciones del estudio) que dificultan un mayor conocimiento del tema.

Con esta fotografía panorámica sobre la humanización, se pone de manifiesto que es necesario seguir investigando sobre la atención humanizada y que, para ello, no solo bastan reflexiones producto de las experiencias personales. Se precisa de un proceso con acciones medibles, implementables y evaluables, que se sustente en herramientas estructuradas, fundamentadas en la experiencia y en la evidencia. De forma, que los resultados de estas investigaciones ayuden, a profundizar sobre la propia definición de atención humanizada, y permitan a su vez, la necesaria transformación de la asistencia sanitaria, resultado de este conocimiento científico generado desde la implantación de estrategias concretas.

Os invito que consultéis estas dos herramientas propuestas por el proyecto HU-CI, una en el ámbito específico de la UCI, y otra en las urgencias hospitalarias, para llevar la teoría a la práctica.

Por Benjamín Yánez

NOTA: Adaptación de figura y traducciones de figura y tablas realizadas por el propio autor.