La luz del día no sólo tiene los límites horarios evidentes, sino que tampoco llega a los espacios cerrados en los hospitales.

En habitaciones cerradas donde la luz del día nunca llega, nuestro grupo está ensayando soluciones de iluminación natural virtual, para proporcionar artificialmente iluminación y una vista comparable a la de ventanas y o claraboyas reales. En el Servicio de Pacientes Críticos de Clínica INDISA Universidad Andrés Bello de Santiago de Chile, con 80 camas de UCI, ocurre lo que en muchos hospitales alrededor del mundo: algunas camas por necesidades de los edificios no tienen ventanas. También algunas áreas de trabajo, donde el personal sanitario pasa sus jornadas de turnos, sólo tienen luz artificial. Y era necesario encontrar una solución.

La falta de una diferencia entre el día y la noche y la alteración del ritmo circadiano que conlleva, puede favorecer la aparición de delirio en los pacientes internados, pero es complejo proveer una solución cuando las razones están determinadas por la estructura física de los edificios.

Buscando una solución a ello estamos probando la utilización de tragaluces virtuales con ilusión de naturaleza. Para ello nos asociamos con dos arquitectas chilenas (Nicole Guitriot y Javiera Zúñiga), ambas de la Universidad Mayor. Ellas crearon esta solución innovadora que llamaron LED BE, y con el apoyo de Star Up Chile – una aceleradora de iniciativas innovadoras creada por el Gobierno – y están fabricando tragaluces virtuales a un costo accesible para nuestros hospitales, que siempre tienen restricciones de presupuesto. Estos tragaluces proveen luz “de día” con imágenes de la naturaleza y son de muy sencilla instalación en los cielos falsos de los espacios clínicos, con las mismas dimensiones de las láminas estándar, son además lavables y pueden ser desinfectadas. Solo requieren de conectarse al circuito de las luces de la habitación, con un sistema “plug in” y son de muy bajo consumo.

Así, se puede convertir un espacio cerrado en un espacio con las características de la luz del día. Los paneles se diseñan como matrices de pequeñas fuentes de luz que se asemejan al cielo o al horizonte. Los resultados preliminares muestran que tanto el personal como los pacientes valoran mucho esta iniciativa. Una paciente nos comentaba: “En esta pieza me sentía como en una cárcel, yo le decía a mi esposo que me sacaran de aquí. Realmente es muy importante lo que están haciendo, para uno como paciente”.

LED BE permite crear un tragaluz de aspecto realista en el techo que da una vista más relajante a los pacientes que están acostados en una cama de UCI. Se pueden mostrar diversas alternativas; nubes, un cielo despejado o follaje de árboles. Estos tragaluces ayudan a transformar cualquier habitación aburrida y aislada en un sitio un poco más cálido y acogedor. Además, el tamaño, la forma y la imagen se pueden personalizar según las necesidades. Ya sea que se desee un cuadrado, un círculo u otra forma.

Nuestro centro desarrollará un estudio “antes – después” con encuestas a pacientes y al personal para objetivar su impacto en el bienestar declarado por los pacientes y del personal sanitario en nuestro Servicio, y en la prevalencia de delirio. Esta creemos que es una solución potente, sencilla y económica para quienes buscamos humanizar los espacios y generar bienestar para quienes lo habitan, ya sea pacientes o quienes los cuidamos.

Por Sebastián Ugarte